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#PartidosTransparentes, una exigencia de todxs

Mientras Nosotrxs celebrábamos nuestra primera Asamblea Nacional en mayo pasado, había nueve partidos que llevaron -y llevan- a cabo más de cinco mil campañas de personas candidatas a diputaciones y senadurías federales.

Por Carlos González, representante de la causa #PartidosTransparentes

Publicado originalmente en El Sol de México

A ellas, hay que sumar las otras campañas que impulsan hacia las legislaturas locales. Varios miles de personas postuladas por los partidos políticos en toda La República, para las que –obviamente- piden nuestro voto.

¿Y ello para qué? Pues para que Nosotrxs les elijamos. ¿Y para qué quieren que les elijamos? Pues para que lleguen a los Congresos a hacer las leyes, que a eso se dedican las y los legisladores. Y ¿a cuáles leyes nos referimos? Pues a las leyes que ¡no respetan, ni cumplen los propios partidos políticos!

De acuerdo con sendos estudios realizados por Nosotrxs el año pasado y éste, ninguno de los partidos cumple con las 30 obligaciones que le impone específicamente el Artículo 76 de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública… y eso que la Constitución les define como entidades de interés público y como sujetos obligados.

Sólo un partido cumple en la forma con poco más del 99%: Movimiento Ciudadano, cuyo esfuerzo es digno de reconocer y tomar como referencia de que sí se puede cumplir buenamente con estas obligaciones legales y cívicas. Los demás partidos parten desde un penoso 31.5% y hasta el 76.1% en el que promedia su infame medianía.

Esta es una situación inaceptable sobre todo por dos razones: 1) los partidos son indispensables para la democracia y 2) la transparencia es consustancial a la democracia. Sin partidos transparentes no hay democracia.

Por eso, Nosotrxs enarbolamos esta causa: necesitamos #PartidosTransparentes. Y vamos a empezar por visibilizar la tragedia, evidenciando su falta de transparencia. Luego vamos a exigir lo que la República requiere en éste y todos los asuntos públicos: cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan. Eso es lo que protestamos aquí y ahora.

¿Cómo dicen comprometerse con el combate a la corrupción que tanto proclaman si no son capaces de cumplir la ley y sus obligaciones de transparencia? Sin abrir la primera puerta de la transparencia, no se puede avanzar en el camino de la lucha contra la corrupción. Así de simple, así de grave, así de urgente.

Pero más aún: no se trata sólo de que cumplan con su obligación, se trata que respeten nuestro derecho a la transparencia y la rendición de cuentas, al combate efectivo a la corrupción. Y en eso Nosotrxs somos y vamos a ser personas intransigentes, tercas y exitosas, convencidas de que, en medio del desastre cívico de la desconfianza, el descrédito, la inseguridad y la violencia que campea en la República y sus actuales históricas e histéricas elecciones, nuestra voz tiene que ser lo potente, clara y constructiva que es.

El 2 de julio, este país va a cosechar la tragedia de la división, el odio y el miedo que ahora se siembra. En medio del desastre, de la tragedia, será necesaria una cosa muy simple: tener esperanza y tener certezas cimentadas como raíces de robles en principios, convicciones y causas.

Nosotrxs tenemos la oportunidad de contribuir a aportarlas. A reivindicar y construir, en medio del desastre y la tragedia, el país lindo que somos. Porque Nosotrxs somos el Estado, somos el poder y somos la democracia.

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