La democracia en México nos ha dado un baño de realidad. El sistema de partidos no ha cumplido con su papel principal: representar a los diversos sectores de la población. Quizá fue un error de origen por aquellos que diseñaron la transición, quizá fue una idea cuidadosamente trabajada para que el poder pasara de un partido hegemónico a una pléyade de partidos que se suponía, funcionaría como oposición al partido que estuviese en el gobierno y sirviera de contrapeso. Eso no sucedió. En lugar de establecer reglas puntuales y mecanismos de rendición de cuentas, se pusieron de acuerdo para trabar complicidades con la finalidad de cometer abusos y repartirse puestos y presupuestos. Las clientelas se extendieron hacia las diversas fuerzas políticas y cacicazgos regionales, el corporativismo se manifestó ya no solo con el presidente o los gobernadores,  se puso a disposición del mejor postor.  Probablemente, como alguna vez escribiría Luis Aguilar Villanueva, nos preocupamos más por sacar al PRI de los Pinos que de la forma en que se tenía que gobernar. Asumimos que, caído el dinosaurio, el arte de gobernar se iba a arreglar de manera automática. No fue así. Los partidos políticos no han cumplido su función, no nos representan, sus élites no tienen noción sobre el servicio público y sobre la responsabilidad que éste conlleva. La consigna es utilizar el poder como botín para cometer abusos, realizar negocios personales y apropiarse arbitrariamente del dinero y de las instituciones públicas.

Por eso surge Nosotrxs, un movimiento de oposición social, un entramado de colectivos que busca recuperar las instituciones del Estado porque son de la gente, como tú y como yo, no de los intermediarios políticos, ni de los caciques. Este movimiento impulsado por jóvenes, activistas de la sociedad civil, académicos, profesionistas, periodistas y estudiantes, una generación de mexicanos producto de la cultura del esfuerzo que buscan recuperar el espacio público y llenar los vacíos que han dejado los partidos políticos y organizaciones clientelares. Este movimiento busca con la ley en la mano que los regidores, los legisladores, los jefes de los ejecutivos, los jueces y los burócratas rindan cuentas y produzcan resultados favorables para la comunidad. No se les pide algo que no pueden dar. Se les exige que cumplan con su responsabilidad.

Nosotrxs lucha para que los servicios públicos que otorga el Estado sean de calidad, para que se respeten y se hagan valer los derechos de las personas, para que la ley se cumpla por igual para todos, para que se termine con los privilegios de unos cuantos y para demandar que los recursos públicos sean utilizados en beneficio de todos los ciudadanos.

Este colectivo exige que los centros de salud suministren medicamentos a tiempo a las personas, que disminuya la mortalidad infantil, que haya obra sin corrupción, que los ministerios públicos investiguen los delitos, que el Sistema Nacional Anticorrupción funcione, que los partidos rindan cuentas y sean transparentes, que las trabajadoras del hogar cuenten con prestaciones de seguridad social.

En Zacatecas, Nosotrxs queremos impulsar la participación ciudadana independiente, demandar mejores servicios públicos municipales (agua, seguridad, limpia) así como una planificación urbana y ordenamiento territorial que nos permita tener derecho a la ciudad y a nuestro medio ambiente que está seriamente amenazado por los negocios entre transnacionales y gobernantes. Para defender nuestros derechos y nuestras instituciones ¡Vamos en bola!

Germán Morales – Nosotrxs ¡Vamos en bola!

Somos los mexicanxs comprometidos con nuestro país, con nuestras costumbres, con nuestras tradiciones.

Somos aquellos que buscamos un México diferente al que hemos vivido los últimos años, porque no podemos vivir como si no pasara nada, por supuesto que pasa y ¡mucho!

No se trata de cambiar, sino de recuperar lo que es nuestro: la paz, la tranquilidad, la armonía, la tierra que nos pertenece… Y cuando digo “tierra” me refiero a todos esos lugares a los que ya no vamos porque tenemos miedo. Porque el temor de que nos pase algo a nosotrxs o a nuestrxs hijxs nos detiene a no salir, a no visitar nuestras playas, nuestros pueblos, a recorrer lo que es nuestro.

Si nos detenemos a pensar en todo el tiempo que llevamos así, tristemente nos vamos a dar cuenta que han pasado años, que hemos aprendido a vivir de otra manera, que no es precisamente en libertad.

Hemos visto como han derrochado nuestros impuestos, como han acabado lentamente con nuestros recursos, como la violencia permea hasta en el último rincón de este país, que es de nosotrxs.

Hemos sido testigos de como la educación y la cultura son la última preocupación de quienes tienen el gobierno en sus manos; siendo que estos son los valores universales a los que cualquier menor tiene derecho.

La democracia es casi una utopía, sin darnos cuenta que somos un país libre y con el derecho a reclamar, es más, a exigir que nuestras garantías sean respetadas, que haya educación para todos, que los jóvenes tengan un futuro afín a sus sueños, que este México nuestro sea más nuestro que nunca.

Nosotrxs.org es un movimiento que busca recuperar la democracia pero desde los intereses de los ciudadanos: de los que todos los días mantienen la economía de nuestro país, de los trabajadores, de las amas de casas, de los niños, de los estudiantes.

Que buscar darle valor a las leyes para confrontar la violencia contra las mujeres, que exista una justicia que no maneje los delitos superficialmente, que una madre que denuncia la desaparición de sus hijxs no tenga que pasar horas para levantar un acta, ni mucho menos soportar la ignominia de quienes se suponen están para protegernos. Porque solo aquel que ha sido víctima de una situación similar sabe lo que tiene que sufrir para encontrar una respuesta.

Por eso, ahora más que nunca, la palabra “unión” debe ser nuestra fortaleza, no dejemos pasar más el tiempo: actuemos, organicémonos, escuchemos a nuestros vecinxs, seamos empáticos, para que juntos volvamos a vivir en un país que nos llene de orgullo, que nos haga más mexicanxs cada día.

Susana Zabaleta – ¿Quienes somos Nosotrxs?

La democracia no se puede entender sin los ciudadanos y para que está exista no basta con que estemos informados y salgamos a votar. Recordemos que no solo somos ciudadanos durante las jornadas electorales, es esencial que después del día de la elección todos participemos de manera activa,  exigiendo y vigilando a los gobernantes electos. 

No podemos dejar esta función únicamente a los partidos de oposición, pues aunque en teoría pretenden cumplir dicha tarea, también es cierto que en actualmente loss partidos responden más a intereses económicos y políticos, en vez de fungir como un contrapeso crítico. 

Nosotrxs es una plataforma por la cual los ciudadanos, de forma organizada, podemos ejercer las funciones de esta oposición, de tal manera que el gobierno realmente impulse el bienestar de la sociedad y no sirva únicamente a los intereses personales de quienes ostentan el poder.

Nosotrxs se muestra como una alternativa ciudadana que busca, por un lado, demandar transparencia y legalidad. Y por otro lado, proponer iniciativas en favor de la justicia y de los derechos de los mexicanos. Es un movimiento que no busca el poder político, sino que pretende consolidarse como una oposición fuerte, cimentada en sus miembros e impulsada por la fuerza los medios de comunicación.

Es por esto que gane quien gane este 1º de Julio, los ciudadanos organizados estaremos ahí para asegurarnos que quienes sean electos respeten nuestros derechos y trabajen por el bienestar de México. Nosotrxs fungiremos como una oposición responsable y efectiva, pero sobretodo, continuaremos trabajando por sacar al ciudadano que vive en cada uno de nosotros. Nuestro país necesita ciudadanos comprometidos. La democracia mexicana está en nuestras manos, después de estás elecciones no quitemos el dedo del renglón.

Luz Fojo y Andrés Castañeda – La democracia mexicana está en nuestras manos

No han sido ciertamente estos tiempos electorales los más propicios para la propagación de las ideas que abandera una agrupación como Nosotrxs. Tampoco lo han sido para continuar gestionando la ampliación de su base ciudadana que creció de manera acelerada, pese a estar apenas en el primer año de su existencia. Y es que, como ha sido patente para todos, en los últimos meses la atención de la sociedad se concentró -por buenas o malas razones- en los comicios del 1 de julio que serán, como se sabe, los más extensos, concurridos y complejos de la historia de México, y que están desde ya marcadas “…por el ambiente de violencia que se vive en el país y por una profunda crisis de legitimidad de los intermediarios políticos…”.

  Quienes asumimos con honor la función de promover en las entidades federativas la organización fundada por el doctor Mauricio Merino no hemos podido evitar el vernos afectado por esa realidad distractora que, muy a nuestro pesar, ralentizó el crecimiento del movimiento y disminuyó el ritmo de su expansión. No obstante esas adversas circunstancias, Nosotrxs cuenta ya con representantes en todos los estados de la República y con un número muy importante de adherentes. Se superó también el reto de mantenernos -pese a las presiones del momento- como la única formación ciudadana del país que estuvo al margen de la contienda partidista, sin que esa postura supusiera abdicar de nuestra aspiración por lograr una representación política digna.

Observadores nacionales e internacionales estiman que la situación política de México cambiará de forma radical debido a que los partidos -disminuidos, desacreditados y comprobadamente incompetentes- ya no están en condiciones de proveer soluciones a los problemas de una ciudadanía ávida de opciones diferentes. A mi juicio, esa es justamente la coyuntura idónea para relanzar con fuerza renovada el proyecto que impulsa Nosotrxs. En un escenario vacío de actores confiables, dejemos ya de ser solamente críticos sociales para, a partir de ese 1º de julio, empezar a jugar un papel más penetrante y dinámico, capaz de competir con propuestas de cara a la opinión pública.

Partidos y personajes que hasta esa fecha crucial gozaron de la prerrogativa de ser los únicos protagonistas de la política, o van a desaparecer, o se verán condenados a la marginalidad. Al extinguirse, o reducirse a su mínima expresión, dejarán espacios vacantes que pretenderán capturar gente carente de valores, sin más afán que medrar con ellos en beneficio de su propio peculio. Hay que impedirlo; esos espacios deben ser para Nosotrxs; es la hora, insisto, de dar el paso al frente para influir de forma propositiva, activa y determinante en la vida social y política de México.

Comprometámonos de nueva cuenta a ser garantes efectivos, tal cual rezan nuestros principios, “…de nuestros derechos, del buen funcionamiento de las instituciones, del uso honesto y transparente de nuestros recursos públicos y de la eficiente provisión de bienes y servicios públicos…”:l

José Vicente Sáiz – La oposición desde Tlaxcala

Dos de Julio de 2018, fecha histórica en la vida política nacional. Los mexicanos acudimos a las urnas y elegimos a quienes pensamos serán las y los servidores públicos que mejor cumplirán nuestras expectativas para resolver viejos y nuevos problemas que nos aquejan. Ha concluido el tiempo de la retórica electoral y el de la expresión de opiniones encontradas, opuestas, contrarias, para convencer al otro de la mejor propuesta. Terminó ya el tiempo de las ofertas de barata para convencernos de quién tiene más habilidad y compromiso para conducir el destino de la nación. Hemos decidido democráticamente quiénes habrán de tomar el timón y dirigir el esfuerzo colectivo. Es verdad, todos seguimos en el mismo barco, a nadie conviene que continúe haciendo agua y mantenga el rumbo extraviado. Ello, no solo depende del timonel, es también una tarea colectiva de quienes tripulamos esta embarcación que llamamos México. Aquí no hay cabida para pasajeros sin boleto. NOSOTRXS somos la tripulación porque prestamos algún servicio en la nave que nos resguarda. Es tiempo de tempestades y más vale que todos sepamos apreciar el esfuerzo colectivo para mantenernos a flote y rectificar el rumbo hacia aguas más quietas. Cada uno de NOSOTRXS tiene una función que repercute en el desempeño de los demás. Es hora de ajustar las velas para aprovechar mejor el impulso de los nuevos vientos. 

Ha llegado la hora de NOSOTRXS, las y los ciudadanos. Haber salido a votar el domingo 1 de Julio es una manifestación masiva del genuino interés por participar en las decisiones públicas, de lo que a todos nos atañe como sociedad: mejorar el tiempo y el espacio que compartimos y nos une inexorablemente. Decidir quien estará a cargo del timón en los siguientes años resulta relevante, pero no sustituye las funciones del resto de la tripulación. Respetando las diferencias y el derecho a disentir, reconociendo la riqueza de nuestra pluralidad, emprendemos un nuevo rumbo en el que asumimos con responsabilidad tareas y obligaciones. Es tiempo de cobrar conciencia que esta embarcación la hemos construido NOSOTRXS y que  conducirla a buen puerto es una empresa que convoca a cada uno a dar lo mejor de sí. No se trata de exaltar las virtudes individuales, sino de reconocer que estas solo cobran sentido cuando se valoran en la acción colectiva. Exijamos al timonel de la nave destreza y habilidad en la conducción, pero hagámonos cargo que encontrar el rumbo estriba en NOSOTRXS.

Este fecha quedará marcada no por haber concluido la elección más grande de la historia, sino por haber iniciado un movimiento social imparable. Los mexicanos ya sabemos quién manda. No más relación entre gobernantes y gobernados. NOSOTRXS tenemos el poder y ellos, las autoridades que hayamos elegido, llegarán a sus cargos a cumplir con el mandato que les hemos dado: servir a los ciudadanos dentro del marco de la Ley y el cauce de las instituciones que, entre todos, hemos construido. No les hemos expedido un cheque en blanco.

Juan Carlos Foncerrada – Tiempo de ajustar las velas

En el Estado de Hidalgo el 9 de julio de 2017 iniciamos un largo camino para construir una revolución de las conciencias. Un primer paso fue constituirnos como NOSOTRXS en la entidad, con el convencimiento de recuperar el poder para los ciudadanos y de impulsar la acción colectiva para el ejercicio de los derechos de todos y todas. Por eso nuestra lucha y nuestro movimiento no comienza ni termina con las elecciones de 2018, más bien se fortalece nuestro andar para hacer valer y exigir nuestros derechos frente a los gobernantes y tomadores de decisiones.

En Nosotrxs-Hidalgo nos hemos sumado colectivamente para desde las leyes y desde nuestro actuar público exigir que nuestros derechos se cumplan y vigilar el ejercicio del gobierno para fortalecer a los ciudadanos como un contrapeso efectivo al poder y un eje articulador de todo el sistema político-democrático.

Desde hace un año que el colectivo en Hidalgo se apropió de las distintas causas específicas que Nosotrxs ha impulsado a nivel nacional, entre ellas se encuentran: 1. Sin mortalidad infantil; 2. Construcción sin corrupción; 3. Ministerios públicos que cumplan; 4. Partidos transparentes; 5. Medicinas para todxs; 6. Seguridad social para trabajadoras del hogar; 7 Sistemas anticorrupción que funcionen. 8; Fondo único y transparente para la reconstrucción. Estas causas urgentes no se han resuelto, por ello, terminado el proceso electoral se debe seguir impulsando la resolución de estos problemas públicos que aquejan a millones de mexicanos e hidalguenses.

Nosotrxs es un movimiento político que debe seguir sumando y fortaleciéndose desde lo colectivo -más allá de las elecciones- para buscar el empoderamiento de los ciudadanos a partir del ejercicio de nuestros derechos. Tras las elecciones queremos ser constructores de la democracia y de las nuevas formas de gobernar que pongan al centro la participación de los ciudadanos. Hemos sido claros en señalar que nos reconocemos como un movimiento político que se mantiene al margen de la contienda electoral porque no queremos el poder, queremos que este sea usado por los ciudadanos para transformar su relación con los gobernantes, dado que el Estado y las políticas públicas no son patrimonio de quienes nos gobiernan sino de Nosotrxs. Por ello es fundamental que pasada las elecciones de 2018 se profundice el proceso de ciudadanización a través de demandar, exigir e incidir en las decisiones públicas del país, para ello debemos ejercer nuestros derechos y aprovechar los mecanismos participativos que la propia ley contempla como la consulta popular, la audiencia pública, los presupuestos participativos, los comités de contraloría social, entre otros. De esta manera, será un desafío que los ciudadanos se apropien del diseño institucional para la participación, evitando la captura y la simulación de los mismos por parte de grupos de poder. Solo así la participación será una herramienta robusta para empoderar a los ciudadanos y avanzar hacia una democracia participativa. 

Ese es nuestro desafío para contar con un sistema democrático cuyo principal resultado sea una sociedad cuyo desarrollo y bienestar se base en el ejercicio y respeto de los derechos de todas y todos.

Guillermo Lizama – Nosotrxs Hidalgo

“Papá, que haya otra página, que no termine la historia”, me dice mi hija de 3 años cuando escucha el final de algún relato. Con la inocencia de su edad, marca el rumbo de la siguiente página, acomoda los personajes e inventa la trama que debo seguir, y muchas veces me pone en serios aprietos.

El actual proceso electoral nos obliga a reflexionar en la página que sigue, después del 1 de julio. Ese día se realizarán las elecciones más importantes del siglo XXI. No sólo por los cargos en disputa: 18 mil 299. Entre ellos, la presidencia de la República, el Congreso de la Unión, 8 gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Habrá elecciones locales en 30 entidades y se renovarán mil 596 ayuntamientos. Más allá de las cifras, los resultados modificarán sustancialmente la geografía política en México y reconfigurarán el actual sistema de partidos.

Como no ocurrió en el 2000, en que hubo alternancia en la presidencia de la república, pero se mantuvo el modelo político-económico, no se desmanteló el régimen autoritario y se detuvo la transición democrática, ahora hay altas probabilidades de cerrar un ciclo de políticas y gobiernos neoliberales. La posibilidad de un cambio de régimen político, cobra mayores visos que hace 18 años.

Si situamos el inicio del proceso de transición en el movimiento estudiantil de 1968, está cumpliendo medio siglo. Si consideramos que inició con la profunda reforma política electoral de 1977, lleva cuatro décadas. Y si, tomamos como arranque la insurgencia cívica-electoral de 1988, cumple 30 años.

Más allá de la fecha, lo importante es vislumbrar los ámbitos en que se ha desarrollado: la movilización social, el espacio electoral, la participación en las urnas. Y en todo ello, la concurrencia de la sociedad civil como ariete para la reflexión, como generadora de propuestas e impulsora de cambios profundos: institucionales, normativos y de cultura política.

El movimiento navista en San Luis Potosí; la Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Istmo en Oaxaca; la resistencia cívica de los panistas en Chihuahua; los hombres y mujeres que se en 1985 se convirtieron en rescatistas y politizaron –en el mejor sentido de la palabra— la tragedia; la dinámica intensa y movilizadora de la izquierda, partidista y no; el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1994 y los años subsecuentes; la observación electoral coordinada por Alianza Cívica en el 94. Y miles de ejercicios ciudadanos más a lo largo y ancho del país, se concatenaron con al quehacer partidario que pugnaba por la transición democrática.

Pero, en el 2000, la ciudadanía pareció haber concluido su tarea y dejado el ejercicio de gobierno a los políticos profesionales. Vicente Fox frivolizó la institución presidencial y los partidos homogeneizaron prácticas viciosas y no estuvieron a la altura del reto de construir instituciones democráticas, con justicia social y participación ciudadana.

Hoy, se presenta otra oportunidad de un cambio sustancial en el país. Pero nuestra tarea no se puede limitar a depositar un voto en las urnas. Ni la emisión del sufragio, ni la movilización social, ni la participación activa de la sociedad civil, son el corolario de la democracia, sino apenas su inicio. 

No dejemos la tarea a una clase política que ha mostrado su fracaso. Defendamos los espacios conquistados por la ciudadanía y recuperemos las instituciones que nos han secuestrado. En esta tarea Nosotrxs, como movimiento nacional, está obligado a no cejar en su lucha, ha convertirse en el articulador de la búsqueda de soluciones a las causas que lastiman a la sociedad mexicana; en el actor que exige a las autoridades, que se une a otros movimientos que expresan la diversidad y pluralidad del país, que empuja cambios y que está dispuesto a la construcción activa, crítica, reflexionada, de la siguiente página de la historia de México. 

Que haya una intensa movilización social y una creciente participación de la sociedad civil. Y que, con el conjunto de la ciudadanía, empujemos a una actuación comprometida y ética de gobernantes y legisladores. Que sea esa y no otra, la siguiente página que escribamos para nuestros hijos.

Victor Leonel Juan – La página que sigue

El domingo 1º de julio no haremos nada extraordinario. ¡Todo lo extraordinario lo haremos y estará por venir a partir del lunes 2 de julio!

En efecto, el domingo 1º de julio sólo habremos votado. Y lo habremos hecho para elegir a quienes integrarán los órganos de representación y gobierno de la República y 30 de sus entidades federativas. Nuestros votos se habrán convertido en escaños y cargos de gobierno. Nada extraordinario, todo lo contrario: muy ordinario, tratándose de unas elecciones, que precisamente para eso son.

Lo que nos hará pensar que hicimos algo extraordinario es el peso propia e históricamente desmedido que en México damos a las elecciones. No las vemos como actos ordinarios, normales del país sino fundacionales, extraordinarios de la Nación. Nos olvidamos que, desde hace ya más de un siglo buenamente Ortega y Gasset nos advirtió que las elecciones son sólo “un mísero detalle técnico” y nos quedamos con la primera parte de su argumento que nos indica que, sin embargo, de ellas depende la salud de las democracias.

Y ello es además así porque, como bien nos advirtió hace ya tiempo nuestro querido Mauricio Merino, la nuestra es una transición votada. Aquí no esperamos que se muriera el dictador, ni hicimos volar por los cielos a su sucesor o le dijimos que No en un plebiscito. Aquí votamos y votando cambiamos la fisonomía política de la República e hicimos posible su transición democrática.

Por eso pensamos que éstas y cualquiera de las elecciones son algo extraordinario. Pero no. Ni siquiera si finalmente, como todo parece indicar, ganó la elección presidencial Andrés Manuel López Obrador misma que, por cierto, fue sólo una de las más de 3 mil 400 que hubo el 1º de julio.

En realidad, lo extraordinario de estas elecciones ordinarias es lo que viene ahora. El 2 de julio, el país continuará su devenir. Pero ahora sumido en un espasmo, trabado entre la alegría eufórica de las personas ganadoras, sobre todo de la elección presidencial, y el espanto colérico de sus perdedores. Pero ni la euforia ni la cólera nos servirán para ver, con el corazón, lo esencial; como le diría el buen zorro a El Principito.

Y lo esencial y extraordinario será y es que todas las energías, las buenas y las malas, de las campañas; todas las reacciones instintivas y primitivas que los promotores tanto del miedo como de la creencia acrítica pretendieron y en alguna significativa medida lograron provocar, y, esperanzadamente también; todas las prácticas delictivas de los malandras que aún compran y coaccionan el voto, se habrán ido a estrellar o a redimir en el acto fundacional y primigenio, ése sí de la democracia electoral: el voto participante de las personas ciudadanas.

Eso es lo esencial: cómo el voto ciudadano sigue cambiando a este país. Las puertas se siguen abriendo. Es tiempo de cruzarlas con paso firme: con un andar que reconozca y potencie el poder de nosotrxs hecho comunidades incidentes que, con la Constitución y la Ley en la mano van demostrando que, en efecto, nosotrxs somos el Estado, somos el poder y somos la democracia. Ahora, las posibilidades extraordinarias de que ese Estado y poder funcionen en clave democrática y justiciera y libertaria, dependen –felizmente- otra vez de nosotrxs. Nosotrxs fuimos responsables del voto, nosotrxs seremos responsables de lo que venga después.

Carlos González – Nada extraordinario, ¡todo por serlo!

Quisiera participar en Nosotrxs a partir de la generación de la práctica teórica.

Noción althusseriana que significa producción de objetos del pensamiento en tanto conceptos, hipótesis, representaciones y teorías; ideas sobre el mundo social que contribuyan a su problematización. A diferencia de Marx, considero que la actividad teórica sí transforma la realidad, ya que es un esfuerzo por clarificar cosas que aparentemente son inexplicables preparando el terreno para la praxis social, acortando ese no man’s land de lo políticamente inefable para darle palabras adecuadas y con el ritmo justo. Como sea, son discursos explicativos que flotan sin mucha resonancia colectiva casi todo el tiempo, hasta que toman densidad en determinadas coyunturas políticas por la efervescencia social –en sentido de Durkheim-.

Propongo escribir en la página de Nosotrxs de vez en cuando porque las ideas más o menos originales e interesantes son pocas al año. Escribir una vez a la semana considero que baja la calidad no sólo de las ideas, sino también la forma de su expresión. Los lugares comunes es la mejor señal para identificar el desgaste en la creatividad de cualquier escritor. Por lo que quisiera escribir una vez al mes de ser posible. Doce discursos potentes al año me parece una meta loable.

El primer tema que quiero escribir es sobre Nosotrxs desde dos puntos de vista: 1) filosófico y 2) sociológico. En primer lugar, quisiera exponer la corriente neohegeliana en la que se encuentra, junto con sus límites y alcances. En segundo lugar, quisiera explicar esta organización desde las aportaciones de la sociología de los movimientos sociales. Otro tema que me parece inevitable sería el clima ideológico postelectoral: discursos enfrentados que exponen fisuras pero también articulaciones.

Mi objetivo es explicar esos mecanismos que operan en la realidad social y política, tomando como ejemplo casos concretos (como las elecciones y sus eventos posteriores). Esto significa que no tomaré la postura más usada: descripción de noticias y su juicio moral (ocurrió el evento A y eso está mal). Que me parece un lugar saturado porque muchos lo hacen por su facilidad. Mi postura es más un esfuerzo por comprender elementos del mundo social y político de México que me parezcan relevantes. Por lo tanto, quisiera expresar esta práctica teórica en algún espacio Nosotrxs.

Daniel Manchinelly – La práctica teórica