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Ciudadanos, démonos cuenta

Publicado originalmente en El Sol de México

A poco más de un año desde su fundación, Nosotrxs ha recorrido, aunque parezca increíble, un camino largo donde ha defendido las causas que aquejan a los grupos más vulnerables de nuestra sociedad, si bien la lucha no ha sido nada fácil, se ha logrado visibilizar problemas que antes se ignoraban. Hemos puesto los puntos sobre las íes y no quitaremos el dedo del renglón.

Reafirmando nuestro compromiso por la exigencia colectiva de derechos, está en marcha el Programa de Liderazgo e Innovación Democrática (LID) en conjunto con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), cuyo objetivo principal es construir una base de pedagogía política, dirigido a organizaciones colectivas que persigan causas comunes, en conjunto con instituciones gubernamentales que entiendan la importancia de ayudarse mutuamente; de aliviar el dolor causado por los miles de agravios en regiones y situaciones diferentes a lo largo y ancho del país. 

Buscamos empoderar liderazgos, enfocados a la exigencia de derechos mediante la pedagogía política, que busca pasar de la teoría a la práctica, siguiendo un camino de creación de espacios de comunicación e interacción entre participantes de todo el país, que abra paso hacia una conciencia colectiva de conocer y, por lo tanto, exigir nuestros derechos. En otras palabras, buscamos generar conocimientos sobre cómo organizar, cómo informarse, cómo identificar valores e intenciones comunes, que sean transformados en acciones por medio de estrategias que tengan el alcance para lograr objetivos comunes con la ley en la mano. No buscamos más leyes, queremos que las ya existentes, sean respetadas y cumplidas a cabalidad. 

El Programa LID toma como base principios democráticos con el fin de que los proyectos propuestos salgan a la calle, empoderando a ciudadanos que visibilicen la importancia de saber exigir colectivamente, para lo que Nosotrxs también ha desarrollado guías de exigencia en materias de igualdad de trato, distribución equitativa de recursos, combate a la corrupción y más temas que, esperamos, sean ampliados para incrementar el número de guías de exigencia que sirvan para defender derechos en problemáticas específicas en ciertas regiones del país, atendiendo la diferencia de coyunturas y agravios enfrentados ya que, en muchos casos, desconocemos cómo defender nuestros derechos. Instrumentos como éste son lo que implementaremos en los próximos tres meses, donde reforzaremos la importancia de trabajar en colectivo, en bola organizada.

Enfrentamos tiempos de incertidumbre y no podemos permitir que la violencia hacia nuestros derechos continúe siendo parte de lo normal, de lo cotidiano. Tenemos que unirnos y exigir lo que nos pertenece, conocer y responsabilizarnos del papel que nos toca asumir como ciudadanos mexicanos. Eliminemos la idea de que es tarea de los políticos resolver todos los problemas. Conozcamos nuestros derechos y los mecanismos viables para defenderlos y exigirlos. Apropiémonos de lo que es nuestro y nos ha sido arrebatado. Abramos los ojos y trabajemos unidos. Nosotrxs somos el Estado, el poder y la democracia. 

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A un año del 19S, la herida sigue abierta

A un año del sismo del 19S, los voluntarios siguen acompañando el proceso de reconstrucción, y con acciones afirman que seguirán aquí para mejorar el proceso de reconstrucción.

Por María de Jesús Suárez Tejada, colectivo #ReconstrucciónTransparente

Publicado originalmente en El Sol de México

A un año del sismo del 19S, los voluntarios siguen acompañando el proceso de reconstrucción, y con acciones afirman que seguirán aquí para mejorar el proceso de reconstrucción. Convocados por el colectivo Reconstrucción Transparente de Nosotrxs, una red de 49 voluntarios emprendió la verificación 642 inmuebles dictaminados por el Instituto de Seguridad de las Construcciones (ISC) como los de más alto riesgo. El trabajo intenso, en solo diez días, permitió constatar que 44% de los inmuebles que debían ser demolidos siguen en pie, que todavía 33% están habitados por alrededor de 8 mil personas, que diariamente exponen su vida, sin saber cuándo y cómo serán atendidos por el programa de reconstrucción.

Se demuestra la urgente necesidad de que todos los habitantes de la Ciudad de México contemos con la información sobre la ubicación de estos inmuebles. Es indispensable tomar conciencia del peligro que corre la vida de los capitalinos que aún habitan estos inmuebles, viven cerca de ellos o transitan en los polígonos de riesgo. La mitigación del riesgo debe ser una prioridad para la Comisión de Reconstrucción y para el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

Sabemos, gracias a la verificación que los inmuebles más riesgosos, que los polígonos de riesgo que requieren mayor atención se encuentran en Cuauhtémoc (72), Benito Juárez (32) y Coyoacán (24) e, incluso, podemos georreferenciar a nivel de colonia su ubicación, a través del mapa digital en Google Maps construido por Nosotrxs y publicado en la liga (htpps://goo.gl/rUYgHb); compete ahora a la autoridad completar el trabajo.

La advertencia de estos riesgos a la población es un factor clave que debe ser atendido y requiere que la autoridad se aboque con urgencia al menos a: 1)completar y actualizar el censo de inmuebles afectados (Nosotrxs identificó al menos 27 inmuebles no contabilizados en la base del ISC),cuyo nivel de riesgo actual se desconoce a ciencia cierta con respecto al de hace un año; 2) actualizar los dictámenes, de acuerdo con el nivel de riesgo actual de los inmuebles, y publicarlos en la Plataforma CDMX; 3) hacer público un Atlas de Riesgo con información precisa, actualizada y dinámica que nos permita estar debidamente informados; 4) plantear un programa de demolición de inmuebles basado en prioridades para eliminar los polígonos de riesgo que amenazan la seguridad de las personas y 5) crear un plan de apoyos diferenciados para quienes se encuentran en mayor riesgo por no tener a donde ir, no contar con la regularización del inmueble que habitaban o encontrarse en situación de vulnerabilidad.

Estos elementos dotarían de transparencia al proceso de reconstrucción para facilitar la vigilancia y rendición de cuentas de la autoridad sobre la toma de decisiones, acciones y asignación de recursos que se destinen a la reconstrucción. Le exigimos a las autoridades atención inmediata a las prioridades de la reconstrucción; somos cientos y miles de ciudadanos organizados dispuestos a colaborar para asegurar una reconstrucción transparente, equitativa y eficiente. Nosotrxs estamos en ello.

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Rebeldía

“¿Qué es un hombre rebelde? —se pregunta Camus— Un hombre que dice no. Pero si niega, no renuncia: es también un hombre que dice sí, desde su primer movimiento” (El hombre rebelde).

Por Mauricio Merino, coordinador nacional de Nosotrxs

Publicado originalmente en El Universal

“¿Qué es un hombre rebelde? —se pregunta Camus— Un hombre que dice no. Pero si niega, no renuncia: es también un hombre que dice sí, desde su primer movimiento” (El hombre rebelde).

El rebelde reacciona al entorno que lo desafía, desde su convicción y sus valores. No elige ser rebelde sino que, obligado por las circunstancias, opta por la rebeldía: nadie se propone ser rebelde como si se tratara de una profesión o de un propósito vital. Quien anuncia que será un rebelde está posando, porque no controla ni puede controlar los motivos que le llaman a la rebeldía.

En cambio, no hay rebeldía sin convicción. Es por oposición a los valores propios y a los hechos que los niegan, los oprimen o los contradicen que se produce la rebeldía. Nadie sensato va por la vida buscando investirse de rebelde y nadie con convicciones profundas se rebela todo el tiempo contra todo y contra todos. Quien actúa de esta manera es más bien un cómico. El rebelde reacciona porque no acepta la situación a la que otros le han llevado; porque otros han rebasado el límite que le imponen sus valores y entonces, y solo entonces, opta por la afirmación que niega: así no.

Continúa leyendo en El Universal

ReconstrucciónTransparente-10

La herida sigue abierta

Riesgo estructural latente en la Ciudad de México, a un año del 19-S

A un año del sismo, 483 inmuebles se encuentran en riesgo latente y sin la atención necesaria.
A un año del sismo, 33% de los afectados viven en estos inmuebles, quienes podrían representar cerca de 8,000 personas cuyas vidas están en riesgo.
A un año del sismo, 44% de los inmuebles que deben ser demolidos, siguen de pie.
A un año del sismo, el censo de inmuebles afectados sigue incompleto. Nosotrxs identificó al menos 27 inmuebles no contabilizados en la base del Instituto para la Seguridad de las Construcciones.
A un año del sismo, seguimos a la espera de un Atlas de Riesgo más específico y actualizado.
A un año del sismo, cientos de damnificados siguen en la incertidumbre jurídica de no tener un diagnóstico de daños de sus inmuebles ni saber cómo ser atendidos por las autoridades.
A un año del sismo, los damnificados no saben cómo se han gastado los recursos asignados a la reconstrucción ni cuánto se asignará para la recuperación de su hogar ni bajo qué criterios.
A un año del sismo, Nosotrxs sigue exigiendo una Reconstrucción Transparente.
A un año del sismo, la herida sigue abierta.

A un año del sismo del 19 de septiembre de 2017 es esencial que todos los habitantes de la Ciudad de México conozcamos los riesgos latentes a los que estamos expuestos, damnificados o no, derivados de la inacción y errores en el proceso de reconstrucción. La Ciudad de México no está de pie y su herida sigue abierta, mientras el riesgo en los inmuebles afectados no sea mitigado, pues las personas que los habitan o están cerca de ellos corren peligro. En los casos de riesgo alto de colapsar, las demoliciones deben realizarse de manera urgente y prioritaria, con recursos públicos.

El colectivo #ReconstrucciónTransparente de Nosotrxs se dio a la tarea de investigar cuáles son esos inmuebles y en qué zonas se encuentran, con el fin de identificar polígonos de riesgo. Estos polígonos (ver mapa) concentran inmuebles con altos niveles de riesgo para quienes aún los habitan, o viven o transitan cerca de ellos. Exigimos a las autoridades tomar conciencia del riesgo que corren esas personas y, por tanto, atención inmediata con un plan efectivo de mitigación o eliminación del riesgo.

Este trabajo se enmarca en las peticiones de Nosotrxs de otorgar certeza jurídica a damnificados, establecer prioridades en los procesos de reconstrucción, así como transparencia en las acciones y aplicación de los recursos para la reconstrucción. La atención inmediata a damnificados debe permitirnos avanzar hacia una ciudad más segura, resiliente y mejor preparada para actuar ante las emergencias. Para conocer más del trabajo de Nosotrxs en torno a la reconstrucción, consultar esta liga.

En la primera sección de este documento explicamos qué son los polígonos de riesgo y por qué es importante conocer esta información y ponerla a disposición de la ciudadanía. En la segunda sección se explica la metodología del trabajo del colectivo #ReconstrucciónTransparente de Nosotrxs que incluyó verificación de inmuebles. En la tercera sección presentamos los principales hallazgos que incluyen las zonas más afectadas por su nivel de riesgo, el estado de esos inmuebles según nuestras verificaciones, los polígonos de riesgo donde el riesgo no ha sido mitigado y reflexionamos sobre la atención a damnificados. Finalmente, se presentan exigencias concretas a las autoridades.

1. DEFINICIÓN DE UN POLÍGONO DE RIESGO

El Programa Nacional de Protección Civil define el riesgo como los daños o pérdidas probables a un agente afectable, resultado de la interacción entre su vulnerabilidad y la presencia de un agente perturbador. Mitigación del riesgo es entonces toda acción orientada a disminuir dichos daños a un agente afectable, ante la presencia de un agente perturbador.

El gobierno de la Ciudad de México ha utilizado estas clasificaciones mundialmente utilizadas para identificar el riesgo de inmuebles afectados por un sismo: (1) riesgo bajo y (2) riesgo medio, que no representan un daño estructural; (3) riesgo alto, que tuvo un daño estructural y es inhabitable, pero puede rehabilitarse o demolerse, según la dimensión de los daños y tras un análisis costo-beneficio; (4) riesgo alto de colapso, que por sus daños es irreparable, no habitable y debe demolerse; y (5) colapso, que puede ser parcial o total y que por definición, ocurrió el 19 de septiembre de 2017. Estas categorías las dictamina el Instituto para la Seguridad de las Construcciones (ISC), o las avala, si las inspecciones son hechas por otras instituciones o expertos habilitados para ello.

El riesgo en la Ciudad no es simplemente que colapsen los inmuebles más afectados en los que no se ha intervenido adecuadamente (ya sea porque no han sido demolidos o porque no se han tomado acciones adecuadas para su recuperación). Estos últimos son susceptibles de colapso si no se intervienen a tiempo, ya que su degradación por el paso del tiempo es inminente con posteriores sismos, lluvias que reblandecen el suelo y condiciones climatológicas que degradan los materiales. A esto se añade el riesgo de que miles de personas puedan sufrir daños a su integridad física y pérdidas de sus bienes, negocios y propiedades, ya que ellos o sus inmuebles se encuentran en un polígono de riesgo; es decir, en un radio geográfico susceptible de recibir el impacto por el derrumbe de un inmueble con alto nivel de riesgo.

No existe en realidad un diámetro estandarizado de la dimensión de un polígono de riesgo. Ésta se determina por la altitud de los edificios en riesgo de colapsar, su peso y volumen. Además, debe considerarse que el estrago será mayor si dicho perímetro se encuentra densamente poblado, o si el inmueble colinda con otros en malas condiciones estructurales que pudieran también colapsar en efecto dominó.

A un año del sismo, los polígonos de riesgo derivados de los daños del 19-S deberían ya estar claramente identificados por las autoridades y hacerse del conocimiento público. La advertencia a la población sobre la ubicación de los polígonos de riesgo es un factor clave para la seguridad de todos. El portal digital que debe utilizarse para ello es la Plataforma CDMX que, según la Ley de Reconstrucción, tiene por objeto registrar, validar, integrar, coordinar y consolidar la información de personas, viviendas, negocios, inmuebles, infraestructura pública, espacios públicos y patrimonio cultural e histórico afectados por el sismo, en un formato de datos abiertos y georreferenciados.

El propósito de la Plataforma CDMX es dar seguimiento y coordinar las acciones de reconstrucción. Sin embargo, esta herramienta no ha alcanzado dichos objetivos, pues ni los censos de afectaciones están concluidos, ni los datos son completamente abiertos. No todos los inmuebles que sufrieron daños se pueden localizar en el mapa propuesto, ni se puede acceder al conjunto de inmuebles en cierto nivel de riesgo. Tampoco se conoce la información actualizada sobre el estatus de los inmuebles (si estos ya se demolieron o no, si están habitados o no, si se decidió rehabilitarlos o reconstruirlos, etc.). La plataforma aloja para los inmuebles, aunque no para todos, un documento que presenta información sobre su nivel de riesgo llamado “dictamen”, pero no las acciones llevadas a cabo en cada uno de ellos para mitigar dicho riesgo. La información sigue siendo fraccionada, desactualizada y de difícil acceso.

2. METODOLOGÍA

Ante este panorama, Nosotrxs decidió impulsar una investigación participativa que coadyuve con las acciones necesarias para mitigar los riesgos de los inmuebles afectados y las zonas en los que se ubican. Esto incluyó un análisis descriptivo de la información sobre 1070 inmuebles afectados proporcionada por el ISC. Realizamos un proceso de verificación del estatus a una muestra de 272 inmuebles dictaminados por el ISC con los niveles más altos de riesgo (riesgo alto, riesgo alto de colapso y colapso), con el apoyo de una red de 49 voluntarios, entre ellos damnificados, quienes visitaron dichos inmuebles entre el 1º y 10 de septiembre. Elaboramos también un mapa digital en Google Maps con los inmuebles más riesgos, a fin de geolocalizar los polígonos de riesgo, según si el riesgo que representan está mitigado o no.

Entre el 16 de julio y el 27 de agosto de 2018 se formularon alrededor de 30 solicitudes para conocer el conjunto de inmuebles afectados, su nivel de riesgo y estatus de demolición, haciendo uso de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Estas fueron dirigidas a delegaciones, la Agencia de Gestión Urbana, el Comité de Emergencias de la Ciudad de México, la Comisión para la Reconstrucción, el ISC, las Secretarías de Desarrollo Urbano y Vivienda, Obras y Servicios de la Ciudad de México y Protección Civil. Sólo el 60% de las solicitudes fueron contestadas en el plazo correspondiente. La gran mayoría de las delegaciones fueron omisas en proporcionar la información solicitada, que están obligadas a gestionar y hacer pública, pues ellas elaboraron dictámenes de inmuebles y llevaron a cabo demoliciones. Como resultado de este proceso se evidenció la existencia de datos desactualizados, confusos y contradictorios entre las diversas dependencias. La coordinación entre instituciones sigue siendo uno de los factores que mas entorpecen el proceso de reconstrucción.

Con base en la información proporcionada por el ISC del 28 de agosto de 2018, se identificaron 1150 observaciones correspondientes a inmuebles en los siguientes niveles de afectación:

La información recibida no es homogénea y carece de la calidad esperada al duplicar inmuebles o incluir dobles categorías de riesgo. El conteo del ISC indica 1070 inmuebles afectados. Este listado incluye direcciones sin georreferencia, por lo que diversos inmuebles no pueden ser localizados en un mapa (41 en total, además de otras 42 direcciones identificadas con error por las autoridades). Asimismo, la base de datos incluye viviendas privadas (edificios multifamiliares y casas unifamiliares), algunas escuelas, mercados, estacionamientos públicos y otro tipo de inmuebles, sin distinción. Al momento de realizar las verificaciones identificamos otras fallas, como direcciones erróneas en la calle, número o cruce (10) y niveles de riesgo equivocados respecto a los colapsos, que las autoridades contabilizan 20 (en nuestras verificaciones fuimos informados de al menos otros 19 inmuebles colapsados al momento del sismo, y algunos de ellos, siguen representando riesgo a su entorno).

Una vez limpia la base de datos, se seleccionaron los 615 inmuebles en riesgo alto, riesgo alto de colapso y colapso (los demolidos o en proceso de demolición se contabilizaron como alto riesgo de colapso, al no saber si habían colapsado o no). Añadimos además 27 inmuebles afectados que no han sido identificados en la base de datos del ISC, sumando un total de 642 inmuebles que analizamos, y que fueron categorizados en los siguientes niveles de riesgo:

De este universo de inmuebles riesgosos, se seleccionó una muestra no aleatoria de 272 inmuebles (42%) donde se llevó a cabo una verificación de su estado de riesgo (si se logró acceder a un dictamen del ISC), demolición, habitabilidad y número de niveles, además de levantar notas en cuanto a la atención a damnificados, principalmente. Las verificaciones se enfocaron en los inmuebles en riesgo alto de colapso, el cual alcanzó una tasa de verificación de 65% como indica la Tabla 3, aunque en las delegaciones centrales como Benito Juárez se alcanzó incluso el 97% de verificación, en Coyoacán 75%, Cuauhtémoc 70% y Tlalpan 64%.

3. PRINCIPALES HALLAZGOS

ZONAS MÁS AFECTADAS POR SU NIVEL DE RIESGO

A partir del análisis descriptivo de todos los inmuebles riesgosos, identificamos la distribución del riesgo por delegación (Tabla 4), indicando que el 34% de los inmuebles (72) en riesgo alto de colapso se encuentran en la Delegación Cuauhtémoc, el 15% (32) en la Delegación Benito Juárez y el 11% (24) en Coyoacán. De los inmuebles en riesgo alto (que tienen daño estructural pero son posiblemente reparables), el 37% (139) se ubica también en Cuauhtémoc y el 16% (62) en Benito Juárez. Según la base de datos del ISC, seis inmuebles colapsaron en cada una de estas dos delegaciones.

Los 27 inmuebles que no han sido todavía identificados en la base de datos del ISC se encuentran en las delegaciones centrales como Benito Juárez (8), Coyoacán (5) y Cuauhtémoc (2), así como en las delegaciones más lejanas, como Iztacalco (5), Miguel Hidalgo (3), Magdalena Contreras (2), Iztapalapa (1) y Tlalpan (1). Se tuvo conocimiento de estos inmuebles a través del grupo de Damnificados Unidos de Benito Juárez, Coyoacán y Cuauhtémoc y por las verificaciones hechas por Nosotrxs para este trabajo. Esto da cuenta del importante problema que representa la falta de conclusión de los censos de inmuebles y personas afectadas, no sólo para atender a esta población y tener estimaciones acertadas de la dimensión de las afectaciones y su costo de reparación, sino también para tener un conocimiento sobre los polígonos de riesgo en la Ciudad. No se debe excusar a las autoridades en la falta de recursos humanos para concluir las dictaminaciones. Se necesita dotar de mayores capacidades al ISC para concluir esta tarea, cuya prioridad es de carácter urgente.

Las colonias con la mayor concentración de inmuebles riesgosos se encuentran en las mismas delegaciones antes mencionadas (Cuauhtémoc, Benito Juárez y Coyoacán), aunque también en Xochimilco, Iztapalapa y Tláhuac. Las que concentran el mayor número de inmuebles colapsados o en riesgo alto de colapso (36% de todos los inmuebles en este nivel de riesgo) son las colonias Roma Norte (16 inmuebles), Centro (15), Juárez (10), San Gregorio Atlapulco (10), Hipódromo (9), Guerrero (7), La Era (6), Paseos de Taxqueña (6) y Portales Sur (6).

Asimismo, la mayor concentración de inmuebles en riesgo alto en encuentra en las colonias Centro (41), Roma Norte (23), Roma Sur (12), Narvarte Poniente (10), Hipódromo Condesa (9), Portales Norte (9), Cuauhtémoc (8), Doctores (8), Del Mar (6), Guerrero (6), Juárez (6) y Santa Martha Acatitla Norte (6). Estas colonias concentran el 38% de todos los inmuebles en riesgo alto.

Por supuesto, ni la dimensión ni densidad de población de estas colonias es comparable con otras ubicadas en zonas densamente pobladas como Iztapalapa, Xochimilco o Tláhuac, donde las propias casas unifamiliares representan riesgos para sus vecinos en amplias concentraciones de polígonos de riesgo latente en la Ciudad.

ESTADO ACTUAL DE LOS INMUEBLES RIESGOSOS

Se logró obtener la información sobre el estatus de demolición de los inmuebles, a través de nuestras verificaciones y la información de la Secretaría de Obras únicamente (las delegaciones y la Agencia de Gestión Urbana no contestaron a estas solicitudes). Se encontró que existe un rezago muy importante en el proceso de demolición de los inmuebles dictaminados en alto riesgo de colapso. Sólo se ha avanzado en un 51% (109 de 214), tomando en cuenta la información proporcionada por los verificadores y autoridades. Incluso, aunque sólo se considere la información verificada, es decir el número de inmuebles verificados como demolidos o en proceso de demolición (78) del total de inmuebles verificados (139), la tasa de demolición alcanza apenas el 56% a un año del sismo.

Lo anterior significa que 61 inmuebles en riesgo alto de colapso se encuentran actualmente pendientes de demolición (44% del total de los 139 verificados), pues 65 fueron ya demolidos y 13 estaban en proceso de demolición al momento de las verificaciones. Estos inmuebles pendientes de demoler se encuentran mayoritariamente en la Delegación Cuauhtémoc (29), Benito Juárez (8) y Coyoacán (8), pero también en Xochimilco (5), Gustavo A. Madero (3), Miguel Hidalgo (2), Azcapotzalco (2) y uno en Iztacalco y en Venustiano Carranza.

Si se suman los inmuebles demolidos y en proceso de demolición dictaminados en riesgo alto de colapso y riesgo alto que fueron verificados, así como los contabilizados por la Secretaría de Obras, estos suman un total de 105 inmuebles ya demolidos o en proceso. En su conjunto contaban con un total de 650 niveles de altura, que demolidos equivalen 12 veces a la altura de la Torre Mayor (de 55 niveles). No obstante, con base en la verificación de Nosotrxs, otras 12 torres mayores aún están pendientes por demoler.

Preocupa entonces la suficiencia presupuestal para tareas de demolición. Plataforma CDMX da cuenta de un total de 404.66 millones del presupuesto 2018 a la demolición de inmuebles en la Ciudad por parte de la Secretaría de Obras y 137.75 millones por parte de la Agencia de Gestión Urbana, sin que se conozca el costo unitario promedio de la demolición de un inmueble, que pudiera orientar sobre si estos montos asignados han sido suficientes. También, se desconoce el presupuesto 2018 para demoliciones a cargo de las delegaciones que podría sumar a esta labor pendiente. Sin embargo, el Comisionado para la Reconstrucción ha hecho saber a varios grupos de damnificados y a la opinión pública que la Secretaría de Obras ya no cuenta con presupuesto para realizar las demoliciones de inmuebles en riesgo alto de colapso.

Anular el riesgo debería ser de la más alta prioridad para la vida de la Ciudad y por eso Nosotrxs solicita a las autoridades hacer explícitos los criterios con los que se ejercen los recursos. No puede ser que se “acaben” los recursos para una de las más altas prioridades de la reconstrucción.

POLÍGONOS DE RIESGO: INMUEBLES EN RIESGO LATENTE

La verificación de Nosotrxs permitió cruzar la información de los niveles de riesgo y el avance de las demoliciones, para introducir la noción de mitigación del Programa Nacional de Protección de Civil, que nos llevó a identificar los polígonos donde aún prevalece el riesgo y es necesaria una actuación inmediata por parte de autoridades, así como su conocimiento por la ciudadanía en general.

Para ello, se integraron dos grandes categorías a partir de la clasificación de riesgo identificado, como se indica en la Tabla 5:

  • Riesgo mitigado: Incluye a los inmuebles más riesgosos que fueron demolidos o se encuentran en proceso de demolición (dictaminados en riesgo alto de colapso, pero también algunos de riesgo alto, según las verificaciones), así como los que colapsaron (asumiendo el supuesto de que sus estructuras fueron completamente demolidas y los escombros removidos en todos los casos, pues no todos fueron verificados). Se identificaron 132 inmuebles (21%) en estos casos.
  • Riesgo latente: Incluye los inmuebles cuya demolición está aún pendiente, según las verificaciones, así como los inmuebles en donde se desconoce si se llevó a cabo o no una demolición, a falta de información provista por autoridades (en ambos casos se trata de inmuebles dictaminados en riesgo alto de colapso). También incluye los inmuebles en alto riesgo en los que se ignora si se debe llevar a cabo o no una demolición, pues mientras sigan de pie podrían deteriorarse con el paso del tiempo, incrementando su nivel de riesgo. Se identificaron 483 inmuebles (75%) en estos casos.

Para mejor identificación de estas zonas se produjo un mapa  para mayor visibilidad de las zonas con una mayor concentración de inmuebles en donde el riesgo prevalece. Estos polígonos de riesgo latente están concentrados mayoritariamente en la Delegación Cuauhtémoc, destacando la colonia Centro (54 inmuebles en riesgo latente), así como las colonias Roma Norte (29) y Roma Sur (12), Guerrero (12), Hipódromo Condesa (11) e Hipódromo (10), Juárez (11) y Cuauhtémoc (8). También se encuentran, en la Delegación Benito Juárez, las colonias Narvarte Poniente (10), Doctores (9) y Portales Norte (9), así como en la colonia Era (8) en Iztapalapa, Del Mar (7) y La Planta (7).

En estas zonas es urgente la existencia de un protocolo específico para intervenir en los inmuebles cuyo riesgo no ha sido mitigado, y evitar exponer la vida de sus propietarios, la población aledaña y los transeúntes que conforma el polígono de riesgo latente. Esto comienza por asegurar que estos inmuebles no sean habitados por persona alguna. Se trata, sobre todo, de demolerlos o apoyar a su proceso de rehabilitación urgente, si es el caso. También implica una revisión de las categorías de riesgo a un año del sismo, dadas las degradaciones de los inmuebles no intervenidos. En esta investigación, según la base de datos del ISC, identificamos que 46 inmuebles reclasificaron su nivel de riesgo, en su mayoría, hacia uno más alto.

El reciente derrumbe del inmueble ubicado en Brasil 65, Delegación Cuauhtémoc, ejemplifica la necesidad de un conocimiento profundo de los riesgos y la actuación temprana para su mitigación. Este inmueble, una antigua escuela, fue inicialmente dictaminado en riesgo medio a través de una inspección realizada por fuera, porque no se permitió el acceso al interior por parte de los propietarios. El pasado 8 de septiembre colapsó, dañando una barda perimetral y la malla ciclónica del inmueble aledaño . No hubo afortunadamente pérdidas de vidas, pero la corresponsabilidad es compartida, no sólo de las autoridades, sino también de sus propietarios.

ATENCIÓN A DAMNIFICADOS

La identificación del riesgo latente no sólo tiene que ver con estructuras. También se trata de conocer la dimensión humana de estos riesgos. Al respecto, la verificación de Nosotrxs permitió observar que, en promedio, un 33% de los inmuebles (90) con riesgo latente siguen habitados. Esto es particularmente importante en los inmuebles en riesgo alto de colapso, donde un 25% se mantiene ocupado, cuyos habitantes corren el riesgo de perder sus vidas con un sismo menor o con el deterioro al paso del tiempo y condiciones climatológicas. Un 41% de los inmuebles dictaminados en alto riesgo también se mantienen habitados. Se estima que aproximadamente 7,967 personas podrían estar viviendo en inmuebles con riesgo latente, con base a un promedio de 3.7 personas por vivienda de acuerdo al censo de población del INEGI y la cifra del gobierno de la Ciudad de México que indica que 6,508 familias han recibido la segunda etapa del apoyo para la renta. Sin embargo, muchas familias siguen sin acceder a este apoyo, con lo que esta figura subestima la población más expuesta al riesgo.

Los verificadores explican que en muchos casos estas personas no tienen a dónde ir, no están canalizados en el programa de ayuda para la renta (que en muchos casos resulta insuficiente), o bien, habitan inmuebles intestados, con contratos de compra-venta o con alguna irregularidad en sus títulos de propiedad, por lo cual tienen miedo de ser desalojados, a pesar de que los inmuebles estén gravemente afectados. Los testimonios recogidos también señalan situaciones socioeconómicas de precariedad y psicosociales traumáticas que inciden en el proceso para mitigar su propio riesgo. Algunos de ellos no han tenido contacto alguno con autoridades para poder encontrar una solución para rehabilitar o reconstruir sus hogares. Otros, por edad o por padecer alguna enfermedad, no logran la imposible sucesión de ventanillas y trámites burocráticos en el que sigue inmerso el proceso de reconstrucción.

Fue desalentador confirmar que en ninguna zona el proceso de reconstrucción ha avanzado de manera adecuada, excepto en alrededor 10 inmuebles que ya están en etapa de reconstrucción con apoyo gubernamental en Xochimilco y Tlalpan, o de rehabilitación con recursos propios. Observamos que en algunos casos se están llevado a cabo reparaciones en inmuebles dictaminados en riesgo alto de colapso, en donde el protocolo indicaría que más bien debería procederse con una demolición y reconstrucción. En otros casos,

según información de vecinos, los propietarios están realizando reparaciones para “maquillar” los daños y poder rentar los inmuebles. En muchos edificios se encontró una fachada que aparenta estabilidad estructural, pero al interior se encuentran los daños estructurales, lo que refuerza la idea inicial de publicación de dictámenes a cualquier persona. En un solo caso se informó que un inmueble exhibía el permiso de la obra de rehabilitación. En todos estos casos, las autoridades competentes, como el ISC, deberían contar con las herramientas legales y los recursos humanos para exigir el apego a las normas y hacer pública la información sobre los permisos de obras que se están llevando a cabo.

4. EXIGENCIAS PARA MITIGAR EL RIESGO

Es imperativo comprender que el proceso de reconstrucción es una tarea técnica, política y social, la cual requiere la participación de todos los damnificados y ciudadanía en general para las lograr las exigencias adecuadas. La principal exigencia humana es mitigar inmediatamente el riesgo al que, de una u otra manera, todos estamos expuestos. En particular, se requiere que las autoridades:

  • Concluir las dictaminaciones de todos los inmuebles afectados, lo cual requiere de dotar al ISC de mayores recursos humanos para esta tarea.
  • Hacer pública toda la información que aloja la Plataforma CDMX, sobre el nivel de riesgo y demolición de cada inmueble para que cualquier persona identifique las zonas de mayor riesgo.
  • Presentar y ejecutar un protocolo robusto de demoliciones que busque dar prioridad a los polígonos de riesgo. La vida e integridad de las personas es más importante que resolver el estado jurídico de los títulos de propiedad. Exigimos medidas nuevas para que las demoliciones avancen.
  • Establecer procesos de atención diferenciados para las personas que enfrentan una doble vulneración por enfermedad o edad, a fin de que sean atendidas con diligencia al facilitar los mecanismos de ayuda o seguimiento a sus casos. Reconocemos la publicación del censo socioeconómico; ahora es necesario utilizarlo como insumo para atender prioritariamente a la población más vulnerable.
  • Asignar los recursos suficientes para concluir la tarea de demoler cada uno de los inmuebles que deben demolerse, de manera coordinada con las alcaldías y dependencias de la Ciudad de México.
  • Publicar explícitamente la información actualizada de los polígonos de riesgo en la Ciudad y diseñar una estrategia para difundir esta información a toda la población, sobre todo a la más expuesta al riesgo latente.
  • Obligar a todo propietario a exhibir los permisos de obra de los inmuebles en los que se están llevando a cabo obras de rehabilitación o reconstrucción.

 

Colectivo #ReconstrucciónTransparente de Nosotrxs

Vania Salgado

Redacción del documento a cargo de: Vania Salgado y María de Jesús Suárez Tejada

Investigación, análisis, diseño y comunicación a cargo de los integrantes del colectivo #ReconstrucciónTransparente: Abel Valdez / Balám Garcés Esparza / Cristopher Echenique / Daniel Salín / Erika García / Hugo Caballero / Jesús Caudillo / Julio Mena / Manuel Padrón / Oscar Arredondo / Yessica Corral

Los integrantes del colectivo apoyaron en la verificación física de inmuebles en la Ciudad de México al igual que los siguientes verificadores, a quienes agradecemos profundamente su apoyo y compromiso:

Adriana Serrano / Alfredo Zea / Alma Romero / Antonio Abad Ramírez / Areli Gabino Godoy / Blanca Estela Hernández / Blanca Elizabeth Morales / César Rojas Martínez / Delfino Ramírez Rufino / Eloisa Saide Muñoz / Graciela Vieyra Olivares / Javier Lara Arvizu / Javier Martin Reyes / Jorge Vergara / José Gabriel Lara Arvizu / José Juan Arriaga / José Sánchez / Josué Presa Ozuna / Juan Salgado Bahena / Juana de los Santos Enríquez / Lucía Nieto Chávez / Luisa Velasco / Luz María López / Marioliva González / Mónica Angulo / Norma Uicab / Pablo Almaguer / Pedro Margarito Nájera Romero / Percy Domínguez / Raúl Tecalco Sandoval / Rigoberto Gutiérrez Barrera / Rubén Galicia Nieto / Silvia Behar / Víctor Hugo Díaz / Víctor Vega / Zobeida Ventura.

Comentarios aportados por Ricardo Becerra y Mónica Rebolledo.

Director Ejecutivo: Luis F. Fernández

Coordinador Nacional: Mauricio Merino Huerta

 

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Los chivos expiatorios de la corrupción

Por Mauricio Merino, coordinador nacional de Nosotrxs

Publicado originalmente en El Universal

La nota corrió como la espuma: Rosario Robles es un chivo expiatorio —aseguró el presidente electo— y las acusaciones que se le hacen son un circo. Estas líneas podrían parecer un halo protector imperdonable sobre la funcionaria que alguna vez tuvo la confianza de López Obrador, antes de sumarse al gobierno de Enrique Peña Nieto. Pero el presidente electo dijo más: “Nosotros no vamos a perseguir a nadie, no vamos a hacer lo que se hacía anteriormente, de que había actos espectaculares, de que se agarraba a uno, dos, tres, cuatro, cinco, como chivos expiatorios y luego le seguían con la misma corrupción”.

En efecto, una de las mayores trabas en la lucha contra la corrupción ha estado en la idea según la cual todo se juega en el castigo de algunos corruptos: en la pesca de los peces gordos, sin tocar el agua donde crecen. La versión exclusivamente punitiva de esa batalla atrae muchos reflectores, produce simpatías y satisface la ira pública, pero no resuelve la cuestión de fondo. Al contrario: la eterniza, pues asume que la corrupción es una anomalía en un sistema que funcionaría impecablemente si no existieran los corruptos. Y eso no es cierto.

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El 2 de octubre del año 2018

Por Mauricio Merino, coordinador nacional de Nosotrxs

Publicado originalmente en El Universal

La movilización de los estudiantes universitarios está cargada de símbolos, esperanzas y desafíos. Hace cincuenta años, sus abuelos tomaron las calles y dieron comienzo al larguísimo proceso de exigencia que desembocó en el cambio de régimen. Medio siglo después, estos jóvenes piden resultados concretos: que no los hostiguen, que no los amenacen, que los dejen vivir en paz. No tengo la más mínima duda de que estamos en los umbrales de algo fundamental: no se trata solamente de echar a los porros, sino de arrancar desde la raíz las razones que están detrás de esa plaga.

De aquí la esperanza: el próximo 2 de octubre habrá una movilización que nos convocará a todos y que habrá de llenar las plazas de todo el país. No debe ser otra conmemoración del 68 sino la puesta al día de las exigencias perdidas. Nadie sensato y de buena fe debe quedarse al margen de la construcción de una nueva cultura cívica capaz de oponerse al predominio de los criminales y al sistema de alianzas que los han auspiciado. Este no será, no debe ser, el reclamo acotado de un puñado de jóvenes agredidos sino el tañido de las campanas para recuperar el espacio público que nos fue arrebatado por la connivencia entre los violentos, los negligentes y los corruptos.

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Inscríbete al Programa LID

FORMAMOS LÍDERES PARA LA EXIGENCIA DE DERECHOS.

El programa está concentrado en la formación de líderes con un pensamiento crítico y en la acción política por medio de la innovación. El curso tendrá una duración de 64 horas distribuidas a lo largo de 16 módulos. Se impartirá los jueves de las 19:00 a las 21:00 horas y los sábados de las 9:00 a las 11:00 horas.

Asimismo, a cada participante se les asignará un mentor con quien deberán reunirse una vez cada quince días en los dos meses de duración del curso de Formación Nosotrxs. Se buscará que los mentores tengan conocimiento amplio sobre los temas de principal interés de cada participante y que puedan apoyar a cada estudiante en el proceso de desarrollo de habilidades para potenciar su liderazgo dentro de sus comunidades.

A lo largo de la formación, los participantes desarrollarán un plan de acción de incidencia política enfocado en su comunidad. En la recta final de la formación, los participantes presentarán su plan de acción para recibir retroalimentación de sus colegas y se comprometerán a llevarlo a cabo una vez que concluya el curso.

Se dará seguimiento por los siguientes 6 meses a los proyectos de cada participante. Los avances y retos se compartirán a través de la app Nosotrxs y de la red de organizadores Nosotrxs en todo el país. Posterior a este periodo, se invitará a todos los participantes a tomar una mayor responsabilidad de organización comunitaria como parte de su compromiso con Nosotrxs.

Bases de la convocatoria

  1. Podrán participar todos los ciudadanos mexicanos de entre 18 y 99 años que estén comprometidos con sus comunidades, con interés en aprender, que dediquen entre 6 y 10 horas a la semana a trabajar en la defensa de derechos vulnerados. Personas dispuestas a asumir la responsabilidad de organizar colectivos y aumentar la voz de los ciudadanos en la exigencia y la incidencia para el cumplimiento cabal de los derechos de los que somos titulares.
  2. La convocatoria será abierta al público en general de toda la República Mexicana del 5 de septiembre al 12 de septiembre a las 12 horas.
  3. El Comité Seleccionador elegirá 12 participantes. El Comité Seleccionador estará integrado por:
    – Coordinador académico del curso
    – 1 representante de CNDH- 1 representante de Nosotrxs
  4. Requisitos para participar: – Elaborar carta de exposición de motivos expresando las razones para participar en este proceso de formación y cómo desea aportar a su comunidad al terminar el curso (máximo 350 palabras).

– Currículum o una explicación de su trayectoria profesional.
– Agregar la información anterior y llenar formulario de inscripción aquí.

5. Proceso de selección:
Se recibirán solicitudes del 5 al 12 de septiembre de 2018.

El Comité Seleccionador descartará a aquellos perfiles que no cumplen con los requisitos de postulación.

El Comité Seleccionador elegirá a los participantes que se formarán como organizadores comunitarios en un proceso transparente y abierto, procurando equilibrio de género en la selección de participantes.

La dirección de formación y seguimiento informará por escrito a los solicitantes seleccionados, de manera individual, si fueron admitidos o no al curso de formación del 12 al 14 de septiembre.

6. Los casos no previstos en esta convocatoria serán resueltos por las instituciones convocantes de manera conjunta.

7. Cualquier duda o comentario, puedes escribir al siguiente correo: marcela.aguilar@nosotrxs.org

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LUIS F FERNÁNDEZ

Historias de damnificadxs a un año del 19S

En la calle de Mandarina en la delegación Azcapotzalco, vive Arcadio, damnificado del sismo del 19 de septiembre de 2017, junto con su esposa y sus dos hijas, de 6 y 10 años aproximadamente. La vivienda es de un solo piso con cuatro cuartos; uno de ellos se cayó por completo en el temblor, se quedó sin techo; el de un lado tiene grietas -con goteras- en el techo, mucha humedad, en ése siguen durmiendo dos personas y es un espacio de uso cotidiano. Otro cuarto lo recubrieron con lámina.
Desde octubre Arcadio padece obstrucción intestinal. A pesar de estar grave, puede moverse y ha salido a intentar arreglar los procesos que le han requerido diferentes autoridades. Dos de las primeras autoridades que lo atendieron las semanas posteriores al temblor, Eduardo López y Daniel Rodríguez, le pidieron no mover nada, que dejaran así los techos y los escombros, de lo contrario “no podrían ayudarlos”. Ha pasado casi un año y su situación empeora día con día. Los escombros siguen en el mismo lugar. Su familia solo vive protegida por esas paredes a punto de caer, sin un lugar alterno adonde ir.
El problema se agrava porque para recibir la ayuda de las autoridades les han pedido acreditar la propiedad del inmueble, lo cual no ha logrado porque su tío dejó intestado el inmueble en el que vivían. Le solicitan las escrituras, el folio real de inscripción en el registro público de la propiedad, la sentencia del juicio de sucesión no testamentaria, el acta de defunción del tío, el acta de matrimonio de los padres, el acta de nacimiento y de matrimonio de Arcadio y el acta de nacimiento de todos sus hermanos.
Los hermanos de Arcadio viven fuera; de sus padres no ahondé en la historia y del resto de información ya la presentó ante diferentes autoridades. La delegación Azcapotzalco lo mandó al Zócalo, ahí donde está la oficina de la Comisión para la Reconstrucción. Contra toda recomendación por su condición médica fue, entregó los papeles a un “licenciado”, Martín García, que le dijo que se pondría en contacto. Nunca sucedió. Regresó semanas después y el “licenciado” estaba de vacaciones. Regresó semanas después y nadie sabía más de los documentos que había dejado ni del seguimiento a su caso. Regresó a casa resignado.
Los hechos ante el caso de Arcadio son claros y desgarradores. Vivía ahí antes del temblor; el sismo tiró una cuarta parte de su casa y dañó gravemente dos terceras partes adicionales. Su familia completa duerme y realiza sus actividades cotidianas bajo esos techos agrietados; la calidad de la vivienda es inhabitable; los niveles de humedad llegan a ser tóxicos. Arcadio está muy enfermo, literalmente, con el intestino de fuera; su esposa ayuda con los gastos en el hogar, ya que él no está en condiciones de trabajar. No tiene otro lugar adónde ir, y aunque tuviera, no pueden recibirlo en la condición médica en la que se encuentra, acompañado de su esposa y dos hijas. Lo que quiere es una respuesta que le ayude a resolver la grave situación que está viviendo.
Él no pide que resuelvan su situación legal ni de propiedad del inmueble, ése será otro viacrucis que deba vivir en otro momento. Hoy sólo quiere apoyo para la rehabilitación de su hogar y para asegurar mejores condiciones de vida para él y su familia. Un año con con el ojo entreabierto cada noche para que no se le venga la casa encima; con las manos en el abdomen para contener el dolor de la obstrucción intestinal que no mejora; con las manos abrazando a su familia para aminorar el paso de los días y los riesgos de quedar al desamparo de las autoridades y sin un techo digno. Teme un siguiente sismo.
La autoridad debe responder a esta situación en un contexto de emergencia con criterios universales para demoler y reconstruir, sin importar la situación legal de los inmuebles y con prioridad plena en garantizar la integridad física y la vida de quienes hoy habitan inmuebles con alto riesgo de colapso.
A un año, las heridas del sismo siguen abiertas. No sanan y duelen tanto como las heridas abiertas de Arcadio. No exigimos sólo transparencia en el ejercicio de recursos, exigimos humanidad a nuestras autoridades y priorización para casos graves como éste. José Ramón Amieva, aún estás a tiempo.
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La vuelta del singular

Por Mauricio Merino, coordinador nacional de Nosotrxs

Publicado originalmente en El Universal

Eso que llamamos transición a la democracia fue, en su momento, una mudanza del singular al plural; luego, alternancia; y finalmente, un intento inacabado por construir pesos y contrapesos. Aunque siempre hubo elecciones y siempre hubo quien desafiara al ogro filantrópico —una idea de Octavio Paz que vuelve a cobrar vigencia— durante décadas prevaleció el singular: el presidente, el partido, el gobierno, el pueblo, el proyecto de nación… En ninguna de esas expresiones cabía el plural y cuando brotaba, obstinado y eterno, el aparato encontraba cómo acogerlo o cómo someterlo.

En rigor, estamos viviendo la segunda alternancia (o la tercera, si se insiste en que el regreso del PRI en el 2012 fue una verdadera alternancia). De subsistir la pluralidad y deconsolidarse el sistema de pesos y contrapesos que fue tejiéndose durante el siglo XXI, estaríamos viviendo este momento con menos grandilocuencia y mayor madurez. El viejo proyecto de construcción democrática seguiría vivo y el país tendría un horizonte distinto. Pero ni la pluralidad ni los contrapesos pudieron consolidarse, de modo que hemos regresado a la aplastante gramática singular. Lo que ha llegado no es un nuevo gobierno sino el único gobierno posible; no es un partido, sino el nuevo partido hegemónico;no es un proyecto de seis años, sino la cuarta transformación de la historia.

 

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