trabajadoras del hogar

Luchas colectivas generan grandes victorias

Publicado en El Sol de México

Por Melissa Ayala

5 de diciembre de 2018. Para muchos, fue un día como cualquier otro; para muchas, fue la victoria de una batalla que llevaban dando poco más de 20 años. El 5 de diciembre de 2018, la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró discriminatorio excluir a las trabajadoras del hogar del régimen obligatorio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Para refrescar la memoria, le recuerdo al lector lo que ocurrió en el amparo directo 9/2018. En dicha resolución, por unanimidad la Segunda Sala de la Suprema Corte consideró inconstitucional que los patrones no estén obligados a inscribir a las empleadas del hogar ante el IMSS. Ello, ya que no existe ninguna razón constitucionalmente válida ni razonable por la cual la Ley del IMSS pueda excluir a las trabajadoras del hogar del llamado “régimen obligatorio” de seguridad social, lo cual significa que existía una discriminación legal contra esas trabajadoras.

En el caso citado, la Corte concedió el amparo para poner a conocimiento del IMSS esa situación discriminatoria y se le planteó que dentro de un plazo prudente implementara un “programa piloto” que tenga como fin diseñar y ejecutar un régimen especial de seguridad social para las trabajadoras del hogar.

En ese régimen especial la Corte señaló que se debían proporcionar, como mínimo, los seguros de: (1) riesgos de trabajo; (2) enfermedades; (3) maternidad y guarderías; (4) invalidez y vida; (5) retiro, cesantía en edad avanzada y vejez.

Como bien dijo la Corte, el trabajo doméstico ha sido tradicionalmente objeto de condiciones de trabajo inadecuadas, extensas jornadas, bajos salarios y trabajo forzoso; si a todo lo anterior se le suma la ausencia de una adecuada cobertura y protección social, tenemos como resultado lo que viven día a día miles de trabajadores del hogar: enfrentar una mayores condiciones de marginación que contribuyen a más desigualdades laborales y sociales entre el hombre y la mujer, así como a mantener estereotipos y prejuicios sobre la supuesta “carencia de valor” que tiene el trabajo doméstico.

Las labores domésticas y de cuidado no son invisibles, vivimos en un sistema que nos ha enseñado a invisibilizar de manera activa estas labores y a minimizar su importancia. Organizaciones de la sociedad civil y mujeres como Marcelina Bautista llevan poco más de 20 años buscando que el trabajo doméstico sea reconocido como trabajo y aquellos que lo realizan sean reconocidas como trabajadoras, ni más ni menos.

Hace tan solo unos días, el INEGI presentó los resultados de la “Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los Hogares de México, 2018”, que proporciona información sobre la valoración económica del trabajo no remunerado mostrando la importancia de este tipo de trabajo en el consumo y en el bienestar de la población.

Así, de acuerdo a los datos presentados, en 2018 el valor económico del trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidados registró un nivel equivalente a 5.5 billones de pesos, lo que representó el 23.5% del PIB del país.

La mayor parte de las labores de y de cuidados fueron realizadas por las mujeres, con el 76.4% del tiempo que los hogares destinaron a estas actividades; asimismo corresponde al 75.1% si se habla en términos del valor económico.

Modificar y mejorar las instituciones y rasgos culturales profundamente arraigados es complejo y requiere un compromiso de muchas personas, pero, sobre todo, de los líderes políticos y los gobiernos que implementan políticas públicas en distintos niveles.

Afortunadamente, hemos visto voluntad política por parte del Estado y gracias a activistas como Marcelina Bautista, a organizaciones como CACEH, SINACTRAHO, Nosotrxs, el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, Hogar Justo Hogar, WIEGO, Semillas y a películas como Roma, hoy la seguridad social para las trabajadoras del hogar es una realidad.

El propio 5 de diciembre pasado la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, anunció el envío al Senado de la ratificación del convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo, algo que había sido demandado por las trabajadoras del hogar y las organizaciones de la sociedad civil por años.

Ahora, si bien es cierto que nos encontramos ante una gran victoria, no podemos obviar los retos que se avecinan, por ejemplo, cómo hacer del conocimiento de todas las trabajadoras del hogar el derecho que tienen a la seguridad social.

Asimismo, no dejemos de recordarle al Estado la existencia de un sistema comprehensivo de diversas estructuras de opresión que, en la simultaneidad de su ocurrencia, reducen en mayor medida los márgenes de libertad de las mujeres que pertenecen a determinados grupos sociales.

Finalmente, como sociedad también nos toca reconocer que las labores domésticas y de cuidado son trabajo, que quienes las realizan son trabajadoras que cuentan con la protección de la ley y que la sociedad y el propio Estado dependen de sus labores para sostenerse.

@NosotrxsMX

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Plebiscitos en Chihuahua: la oportunidad de recuperar la política para las personas

Las personas comunes en Chihuahua recuperan el poder por medio de un plebiscito promovido por el colectivo #ChihuahuaDecide, del cual forma parte Wikipolitica Chihuahua, votando NO a la concesión de su alumbrado publico, evitando así el malgasto de 12 mil millones de pesos.

 

Por Wikipolítica Chihuahua en alianza con Nosotrxs

Después de más de diez años de esfuerzo por parte de organizaciones de la sociedad civil, activistas, derechohumanistas y personas comunes del estado de Chihuahua, en mayo de 2018 fue aprobada la Ley de Participación Ciudadana, una demanda social para crear nuevos contrapesos que pudieran evitar excesos desde el poder como los cometidos en la entidad por personajes del entorno político estatal como César Duarte.

Para las organizaciones, esta aprobación podría convertirse en una manera de escribir el futuro de Chihuahua. Entre otros avances, el referéndum, el plebiscito y la revocación de mandato eran ya importantes armas democráticas para transformar la entidad.

Apenas un año después, los dos municipios más poblados de Chihuahua (Juárez y la capital, Chihuahua) iniciaron el proceso de aprobación de dos proyectos prácticamente idénticos: La entrega del servicio de alumbrado público a particulares por 15 años a través del contrato de deuda. En ambas ciudades, activistas y organizaciones iniciaron la exigencia de socializar el proceso de toma de decisiones, transparentar la documentación con los detalles de los proyectos y acercar a la ciudadanía al proceso. Resultaba atípico que ambos proyectos compartieran tantos aspectos y se pusieran en la mesa de manera casi simultánea.

Ni en la capital, gobernada por María Eugenia Campos (PAN) ni en la frontera gobernada por Armando Cabada (Independiente), hubo interés por abrir a fondo los procesos y los esfuerzos se limitaron a la difusión de anuncios defendiendo sus proyectos en prensa, radio y televisión. Para las activistas, esta etapa también representó el inicio de linchamientos mediáticos y ataques personalizados desde el poder.

Entre madruguetes políticos y prácticas de fast-track, el 26 de abril  fue autorizado en la capital y apenas 10 días más tarde, se concretó la aprobación en Ciudad Juárez, en medio de la presencia ciudadana en Cabildo señalando la problemática del contrato de deuda, la falta de transparencia en el proceso y la manipulación de información.

Menos de un año después de la aprobación de la Ley de Participación Ciudadana y mientras las batallas por frenar ambos proyectos se daban en el Congreso del Estado, se presentaron de manera coordinada las solicitudes para los primeros dos plebiscitos en la historia del estado. Ambos proyectos buscarían ponerse en manos de la ciudadanía utilizando la recién alcanzada herramienta democrática.

90 días después, tanto los esfuerzos de la capital del estado, como los del municipio fronterizo, rindieron frutos. Ambos proyectos habían logrado conseguir el apoyo ciudadano necesario y cumplir con los requisitos y número de firmas ciudadanas para que el Instituto Estatal Electoral pusiera a consulta los proyectos de iluminación.

El Instituto Estatal Electoral, obteniendo los recursos para los plebiscitos de los propios ayuntamientos puestos a prueba, tomaron la atípica decisión de otorgar 34 días para realizar la jornada de consulta, pese a que los lineamientos de la ley señalan un plazo de hasta 90 para garantizar la máxima difusión y participación. Para Chihuahua quedó el 24 de NOviembre como la fecha para el plebiscito arrancando el 20 de Octubre  y para Juarez sería hasta el año siguiente.

Para el día de la votación, el Instituto Estatal Electoral instaló 188 Mesas receptoras de votación conformadas por 2 urnas electrónicas cada una. Las personas solicitantes del plebiscito, por encontrarse limitadas en recursos humanos, económicos y de tiempo no tuvieron posibilidad de registrar ante el Instituto Estatal Electoral a los representantes de casilla ni a los observadores, por lo cual se decidió conformar un Escudo Ciudadano para cuidar las casillas, siendo este representado por personas en su mayoría mujeres, adultos mayores y jóvenes.

Se llegó el día. El 24 de NO-viembre del 2019, más de 62 mil personas en la capital de Chihuahua salieron a votar, logrando la consulta ciudadana con mayor afluencia en el país. Aún sin alcanzar el 10% requerido por la ley para volver vinculante la decisión de las personas, 62 mil 32 votos en total, de los cuales 26 mil 501 fueron por el SI (42.72%) mientras que 35 mil 229 lo hicieron por el NO (56.79%). Frente a todas las malas prácticas lanzadas contra el NO y  los pronósticos de muchos medios, analistas políticos y la clase política en general, las personas habían ganado.

El ejercicio plebiscitario del pasado domingo 24 de NOviembre marca un momento histórico para la democracia en Chihuahua y el resto del país, las personas en Chihuahua por primera vez decidieron en un tema de política pública y la decisión fue acatada. Las personas comunes están recuperando su poder, el poder colectivo y esto demuestra que la democracia participativa es un nuevo camino a seguir ya que como lo demostró el gobierno municipal de Chihuahua, los mecanismos de representación actuales son obsoletos y no pueden seguir sin verdaderamente tomar a las personas en cuenta. Solo las personas podrán cambiar el rumbo del país, tomando los asuntos en sus propias manos.

-Cómo fué?

Aprobación de la Ley de Participación Ciudadana

-Audiencia Publica

Plan Estratégico de Juarez se posiciona ante Juarez Iluminado.
Wikipolítica y la Red por la Participación Ciudadana convocan a personas y organizaciones a unirse a posicionarse ante Iluminamos Chihuahua.
Se crea el colectivo Chihuahua Decide.
Se aprueban los proyectos en ambas ciudades.
Los colectivos y organizaciones se organizan para pedir un plebiscito.
Comienza la recabación de firmas de apoyo.
Se reúnen los apoyos requeridos y se aprueban.
Se da fecha para el plebiscito de Chihuahua: 24 de NO-viembre. (34 días)
Se impugna la decisión de fecha, pero se niega la ampliación en el Tribunal Estatal Electoral.
Se impugna pero se niega en la Sala Regional de Guadalajara.
Se comienza la campaña #NoQuierenLuzQuierenDinero: (https://youtu.be/swUk_LmZs2o)
Guerra sucia de parte del gobierno municipal vs. el No.
Se crea el Escudo Ciudadano para cuidar el proceso de votación de parte del NO.
A pesar de todos los obstáculos, el 24 de NO-viembre del 2019, más de 62 mil personas votaron.
Gana el NO y se baja el proyecto “Iluminamos Chihuahua”

-Quiénes?

Chihuahua Decide, colectivo de colectivos conformado por: organizaciones como La Red por la Participación Ciudadana, Somos más de Tres, Pública, Wikipolítica, derecho humanistas, profesionales y personas comunes.

-Cómo?

Nos unimos con el fin de defendernos ante el fraude del proyecto “Iluminamos Chihuahua” llamando a las personas a votar “NO”por medio de un plebiscito.
Sin una estructura  formal, logramos crear un grupo multi edad y multidisciplinario apartdista, completamente ciudadano y sin fines de lucro.

-Lo replicable

Crear campañas con pocos recursos
Articularse como grupos y personas comunes
Detener grandes actos de corrupción

-Lecciones aprendidas

El sistema está hecho para que no participemos
La democracia participativa es un camino para resolver muchos problemas actuales

Es muy complicado participar y competir contra el poder pero las personas ya están despertando

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Entre derechos y migajas

Publicado en El Universal

Por Mauricio Merino

No es lo mismo un estado de derechos que un país de prebendas y regalos. El primero está basado en las leyes y las instituciones y el segundo en las clientelas y el reparto de dinero. El primero es igualitario y exigible, mientras que el segundo es selectivo y caprichoso. En el primero, la tarea principal de los gobiernos es garantizar el ejercicio pleno de los derechos consagrados (sin perder de vista que los fundamentales son, siempre, los derechos del más débil), mientras que en el segundo, la misión más relevante es quitarle el gorgojo a los frijoles repartidos.

En un estado de derechos no sería mucho pedir que se entreguen gratuita y oportunamente los medicamentos indicados en las recetas surtidas por los hospitales y los centros de salud; que los niños y las niñas puedan dedicar su tiempo a jugar y estudiar, protegidos y seguros, con independencia de las condiciones de sus padres y sus madres; que todos los trabajadores tengan acceso a la seguridad social y al resto de los derechos laborales, sin excluir a las trabajadoras del hogar (esclavizadas por el bienestar ajeno) a los trabajadores digitales (que reparten mercancías en bicicletas y motocicletas propias, arriesgando la vida por lentejas) o a los jornaleros agrícolas (que sobreviven como nómadas, cosechando en tierras que no les pertenecen).

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RECONOCIMIENTO PÚBLICO POR LOS DERECHOS DE LAS TRABAJADORAS DEL HOGAR

RECONOCIMIENTO PÚBLICO POR LOS DERECHOS DE LAS TRABAJADORAS DEL HOGAR

5 de diciembre de 2019

¡Es una gran noticia! Después de ocho años de espera, desde que el gobierno mexicano firmó el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que establece los criterios básicos sobre condiciones laborales dignas y trabajo decente para las personas trabajadoras del hogar, este 5 de diciembre el poder Ejecutivo anunció su envío al Senado de la República para su ratificación.
El anunció no llegó sólo. Viene acompañado de más de 20 años de lucha de Marcelina Bautista, Directora del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH) y fundadora del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar (SINACTRAHO), que ha alzado la voz de manera sostenida con todos los gobiernos que han pasado frente a ella, que con la convicción por delante ha sumado a la lucha por los derechos a miles de personas trabajadoras del hogar que han empleado sus días de descanso para organizarse, que con voluntad inquebrantable ha logrado construir alianzas con organizaciones, empleadores, cineastas y autoridades para conquistar derechos laborales básicos, para tomar conciencia colectiva de que los derechos nos pertenecen, para combatir la discriminación cotidiana en el sector y para dignificar el trabajo en el hogar en condiciones de igualdad.
Enhorabuena por esta batalla ganada para la ratificación del Convenio 189, que viene acompañada del relanzamiento del programa piloto para la inscripción de personas trabajadoras del hogar del Instituto Mexicano del Seguro Social. El programa materializa el ejercicio del derecho a la seguridad social y nos deja el reto de usar y promover tanto como sea posible el uso de las instituciones que ya tenemos para que las personas trabajadoras del hogar se inscriban y para que las personas empleadoras cumplan con sus obligaciones del pago a la seguridad social. Estamos atentos y vigilantes para que el gobierno materialice el nuevo marco legal y ajuste las políticas específicas para que este gran logro no se quede solo en el terreno formal de las leyes.
Hoy toca celebrar; es un paso firme para combatir la desigualdad en México y en favor de la revolución de conciencias. Es un triunfo colectivo para que las personas trabajadoras del hogar accedan a servicios de salud, a guarderías para sus hijos, a protección durante su maternidad, a ahorrar para comprar una vivienda y para el retiro. Gracias a cada persona, a cada organización y a cada autoridad que ha impulsado con convicción la reivindicación de nuestros derechos.

LA COMISIÓN EJECUTIVA DE NOSOTRXS
MAURICIO MERINO

ARAM BARRA, LUIS F. FERNÁNDEZ, ALEJANDRO GONZÁLEZ, LOURDES MORALES, HAYDÉE PÉREZ, EUNICE RENDÓN, JESÚS RODRÍGUEZ ZEPEDA, JORGE JAVIER ROMERO Y LISA SÁNCHEZ.

Marcelina Bautista

#FregamosYFregamos

Publicado en El Universal

Por Marcelina Bautista

Llevo 20 años luchando junto a decenas de compañeras por los derechos de las trabajadoras del hogar. Somos 2.4 millones de trabajadoras que como cualquier otro trabajador, tenemos empleador, horarios, deberes y sin embargo hasta hace muy poco, a diferencia de otros trabajadores, no teníamos derechos, prestaciones, seguridad ni dignidad. Hace un año la Suprema Corte declaró inconstitucional que no tuviéramos acceso a seguridad social, meses después, la reforma a la ley federal del trabajo nos dio certezas legales.

Todo esto sucedió en el marco del debate público generado por la película ROMA. La lucha comenzó hace 20 años de la mano de otras trabajadoras y organizaciones de la sociedad civil como Fondo Semillas, Hogar Justo Hogar, Nosotrxs, el Conapred, el ILSB entre muchos otros. ROMA hizo posible que la lucha tuviera un impacto más grande y resoluciones más rápidas, las decisiones de los 3 diferentes poderes del Estado han permitido plasmar eso en la realidad. La lucha y la solidaridad entre diversos actores ha permitido cambiar la realidad.

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En tu pedido, va mi vida

Creamos el Colectivo #NiUnRepartidorMenos para protegernos entre repartidores. Surgimos a raíz de la muerte de José Manuel Matías, que fue arrollado por un tráiler el 27 de noviembre de 2018 mientras entregaba un pedido.

Publicado en Animal Político
Por Andrea Santiago Páramo y el colectivo #NiUnRepartidorMenos

Un guiño

En las cajas de las tiendas Oxxo, dos jóvenes de casi la misma edad, se identifican mientras se hace el cobro de productos: el cajero de veintipocos que tiene un trabajo formal pero repetitivo de ocho horas por día y que lo ancla todos los días al mismo metro cuadrado con sueldo bajo pero fijo, con el repartidor de UberEats que no tiene horario definido, contrato, prestaciones, cuyos ingresos varían dependiendo de la demanda y las horas que decida rodar por día y que además recorre la ciudad con la supuesta “libertad” de elegir cuánto gana y cuándo se conecta y desconecta del trabajo. Intercambian algunas palabras: “¿cuánto te llevas por día? ¿En serio? ¿Cómo te inscribes? ¿Te dan un celular? El cajero quiere saber más, pero la fila debe avanzar. Se despiden con un “¡cámara, gracias!”.

Así comienzan muchos repartidores de plataformas digitales: dejando trabajos de la economía formal pero poco reconocidos y mal pagados, para insertarse en la nueva economía digital que, si bien no combate la precariedad laboral, ofrece la ilusión de mayor libertad. La ilusión de que hay posibilidad de administrar la propia vida y tiempo en jóvenes cuya vida ha sido moldeada por limitantes estructurales que les impiden elegir su destino profesional, es ciertamente un deseo que las plataformas digitales han sabido aprovechar. Del mismo modo, han sacado ventaja del contexto nacional. Cuando el 41 por ciento de adultos mayores se encuentra en situación de pobreza1 porque no tienen ahorros, un ingreso suficiente ni protección social, la necesidad de empleo puede cooptarse de forma muy eficaz. Hoy, no importa si es en silla de ruedas, bajo la opción de caminantes pueden ir repartiendo pedidos por la ciudad.

El pedido

Como toda revolución, la digital supondría un cambio en nuestra forma de ver y habitar el mundo o en nuestra arquitectura mental, como diría Alessandro Baricco. Con un eficiente software, la velocidad del deseo de un consumidor se sincroniza de forma casi instantánea con la provisión de un servicio. En esa mágica inmediatez fue eliminado el ruido de la burocracia, las espera que suponen las filas, los horarios para solicitar algo. Pero también fue sustraído el lenguaje sobre derechos y la regulación por parte del Estado para que ese intercambio sea más equitativo. Como consumidores no concebimos algo que no sea instantáneo: queremos que sea fácil, rápido, eficiente y barato; algo que no nos quite más de unos cuantos minutos para poder seguir con nuestro acelerado modo de vida. Presionamos un botón y listo, en unos minutos tenemos la comida, la bebida, las compras del supermercado en la puerta de nuestra casa, no importando si es un domingo a las 11.30pm. Un repartidor llega y en una transacción corta e impersonal, le damos las gracias y tomamos el pedido. Hay quienes incluso ya nombran a los repartidores como “mi Rappi”, lo que habla de las condiciones sociales que se están desarrollando para pensar a las personas como la extensión de una plataforma. De ahí que preguntarnos qué hay detrás de un pedido, hoy sea una tarea política central.

Detrás del pedido

¿Qué cabe en una mochila de un repartidor? 60 kilos de compras, 10 cajas de pizza grandes, 8 costales de hielo, el favor de último momento como dejar unas llaves, comprar un regalo, pasear a tu perro. ¿Qué no entra? Acceso a servicios de salud, incapacidad en caso de accidentes, un ingreso relativamente estable, la posibilidad de irse de vacaciones con paga, un esquema de ahorro, una capacitación mínima en seguridad.

Como repartidores queremos decirte que la realidad detrás de tu pedido es esa que no cabe en la mochila. No es la libertad ni la autonomía que anuncian con brillantina las plataformas bajo el lema “Tú decides. Eres tu propio jefe”. Tampoco es el bonito anuncio de “dale volumen a tu música favorita y disfruta el recorrido por la ciudad”. La “libertad” que nos conceden sí involucra adrenalina, pero es más parecida a una ruleta rusa. Es no saber si la zona a las que vamos es tranquila o una zona roja. Es saber que si te mueres y no estás conectado nadie va a responder por ti, como le pasó a nuestra compañera Ximena Callejas. Es el azar extremo, el que te impide saber con cuánto acabarás en la semana y cuánto de eso vas a invertir en una reparación, en una refacción, en tu salud o en una consulta médica. Es ese tipo de juego que te motiva a ponerte metas mínimas de ingreso por día, sin saber si las vas a llegar a cumplir porque se cruza el clima, las quincenas, vacaciones, días festivos o las marchas. Pero aún así le entras al juego y estás dispuesto a trabajar sin parar hasta 12 horas por día y arriesgar tu vida en la lluvia por 20 pesos extra. Le llaman auto-explotación, pero de ello depende un “mejor” ingreso.

Nuestra realidad se quedó atorada en el peor de dos mundos de trabajo. Somos en términos prácticos empleados, pero somos concebidos como nuestros propios jefes o “socios” para que todos los costos caigan sobre nosotros. Somos esa supuesta actividad marginal que realizamos mientras estudiamos o que sólo es un trabajo eventual para complementar nuestros ingresos, pero le pagamos al gobierno 11 por ciento de impuestos y con nuestra “ayudadita marginal” generamos billones de dólares a nivel global a las apps.

Creamos el Colectivo #NiUnRepartidorMenos para protegernos entre repartidores. Surgimos a raíz de la muerte de José Manuel Matías, que fue arrollado por un tráiler el 27 de noviembre de 2018 mientras entregaba un pedido. En su muerte y en los accidentes y atropellos diarios de muchos compañeros, nos vimos identificados. Queremos decirlo en alto: no somos socios, no somos libres, no tenemos un trabajo que nos permita pensar en un mejor futuro.

Un sueño

Nuestra apuesta no es volver al pasado, sino posibilitar un futuro realmente revolucionario donde el desarrollo tecnológico y la economía digital permitan la generación de empleos realmente distintos. No queremos otra vez trabajos formales pero precarios, no queremos convertirnos en cifras de la desigualdad o de las muertes anónimas que se registran diariamente en la ciudad. Queremos un trabajo que nos permita recorrer la ciudad de otra manera y con una libertad distinta. Queremos empleos que nos permitan aspirar a un futuro que nos humanice, que nos permita desarrollar y potenciar nuestras capacidades. Queremos que en la entrada del restaurante o en la puerta de una casa, se entienda que no va una app sino una persona y que, en ese pedido, está nuestra vida.

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El año de las palabras

Publicado en El Universal

Por Mauricio Merino

Para bien y para mal, el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador estuvo marcado por la fuerza de las palabras: del alud de palabras que ha pronunciado en las conferencias de prensa, en las giras de trabajo por todo el país y en los eventos y reuniones masivas que ha encabezado de manera incansable; y, como si no le bastara, en las que escribió además en un libro. Ese caudal no tiene comparación con ningún gobierno anterior: hoy tenemos al presidente más locuaz de la historia y, seguramente, al mejor comunicador.

El predominio de las palabras no sólo es notable por su abundancia sino porque han sustituido a los datos como fuente primordial de la agenda pública. La voz del presidente es más potente que cualquier evidencia y, por eso, es difícil criticar este primer tramo de su gobierno con objetividad. Dice el presidente que las cosas ya cambiaron, que se acabó la corrupción, que ya no hay guerra contra el crimen organizado, que sus programas sociales están logrando abatir la desigualdad y que el pueblo es feliz. Frente a ese discurso, es inútil oponer los datos que demuestran el incremento de la violencia, los muchos casos que siguen revelando abusos inaceptables de funcionarios públicos, la reiterada captura de puestos y presupuestos, el estancamiento de la economía o la obstinada desigualdad. Nada de eso importa más que las palabras del presidente y nada es más elocuente que el discurso del régimen.

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REPARTIDORES EXIGEN MEJORES CONDICIONES LABORALES

Ciudad de México, 27 de noviembre de 2019

Repartidores exigen mejores condiciones laborales

  • El colectivo #NiUnRepartidorMenos conmemora un año de la muerte del repartidor José Manuel Matías, quien falleció atropellado entregando un pedido y dio origen a la creación del colectivo.
  • El colectivo pide mejores condiciones laborales, que sean reconocidos como trabajadores y que se respeten sus derechos laborales.
  • #NiUnRepartidorMenos trabaja con plataformas digitales, gobierno y organizaciones de la sociedad civil para mejorar sus condiciones laborales bajo el lema: ‘en tu pedido va mi vida’.


A un año de la muerte de José Manuel Matías, repartidor que fue atropellado por un tráiler en Eje 5 y Periférico el 27 de noviembre de 2018 mientras entregaba un pedido, el colectivo #NiUnRepartidoMenos, que surgió a raíz de su muerte, se reúne en el mismo sitio donde falleció para exigir mejores condiciones laborales y protección ante situaciones de riesgo, bajo el mensaje: ‘en tu pedido va mi vida’.

#NiUnRepartidorMenos subraya que no quieren que dejen de existir las plataformas ni aplicaciones que emplean a cientos de miles de personas en el país y en el mundo; al contrario, lo reconocen como un trabajo que requiere ser regulado y que debe mejorar las condiciones ante los riesgos cotidianos para contar con protección ante accidentes viales, tener medios de protección o defensa ante casos de agresión o discriminación por usuarios o restaurantes.

No queremos que se vayan las apps, nos gusta nuestro trabajo, sólo queremos sentirnos más seguros mientras lo hacemos”, aseguró Saúl Gómez, vocero de #NiUnRepartidorMenos.

En una rodada del Ángel de la Independencia a Eje 5, más de 200 repartidores piden algo muy sencillo:

Ser reconocidos como trabajadores y no como “socios”,

2. Que las aplicaciones mejoren la protección ante situaciones de riesgo, y

3. Que los legisladores regulen la relación laboral entre aplicaciones y trabajadores digitales para contar con prestaciones.

#NiUnRepartidorMenos es un colectivo que ha logrado sumar a más de 3,000 repartidores en el país para construir una red de apoyo. Se organizan a través de redes sociales, de grupos de whatsapp y han logrado construir alianzas importantes con organizaciones y autoridades para mejorar sus condiciones laborales. En red apoyan a personas que sufren accidentes en bicicleta o en motocicleta, aunque no sean repartidores, atienden emergencias en tiempo real y acompañan a víctimas. Han logrado salvar vidas por su pronta reacción y por la cobertura que crece por toda la ciudad. Se apoyan con consejos sobre cómo pagar sus impuestos, cómo lidiar con clientes difíciles o con consejos de mecánica para arreglar sus vehículos.

Además de ello han lanzado proyectos que visibilizan los retos que enfrentan:

  • Bitácora de Guerra: registro diario de accidentes de tránsito, agresiones viales, lesiones ocasionadas por el mal estado de la vía y casos de discriminación por parte de restaurantes y clientes.
  • Rayado de Mochilas: registro de repartidores que vincula sus mochilas con la identidad del repartidor para informar a familiares o personas cercanas en casos de accidente, así como para evitar que sean utilizadas en actos delictivos.
  • Bitácora de Acoso: registro de casos de acoso a repartidoras en la calle, en restaurantes o en los domicilios donde entregan.
  • Mapa de robos y fraudes: mapa de puntos rojos de la ciudad donde las repartidoras y repartidores han sufrido asaltos, violencia o negativas de pago.

#NiUnRepartidorMenos termina su primer año de lucha uniéndose a la Red Global de Repartidores “Precarious Riders Unite” para intercambiar experiencias, logros, fracasos y mejores prácticas de los diversos colectivos de repartidores a nivel mundial; así como con el movimiento Nosotrxs que lucha contra la desigualdad por medio de la protección de derechos con las leyes e instituciones existentes.

Con el mensaje ‘en tu pedido va mi vida’, #NiUnRepartidorMenos hace un llamado a la empatía y a la protección mutua de todas las personas en la calle. #NiUnRepartidorMenos busca reducir las agresiones que sufren en la calle, restaurantes y domicilios, mientras trabajan de la mano con autoridades y legisladoras y legisladores para crear un marco legal justo y que mejore sus condiciones de seguridad, así como con las aplicaciones para lograr estrategias que beneficien a ambas partes, mientras generan y proponen mejoras en la infraestructura y política pública de las ciudades ante gobiernos locales.

Contacto con Prensa: #NiUnRepartidorMenos – Ari Santillán | 5534657373 | ari.santillan90@gmail.com

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La participación ciudadana como acto de fe

Por: Francisco Robles

Este año se ha vuelto a poner de moda hablar de la participación ciudadana como una
herramienta para fortalecer la democracia de nuestro país. Sin embargo, como en aquella fábula
en la cual tres personas con discapacidad visual intentaban describir a un elefante basándose
únicamente en lo que percibían al tocarlo, cada quién sigue entendiendo a la participación
ciudadana, y a la propia democracia, como puede o como le dicen que debe entenderla.

En nuestro México siguen existiendo mecanismos deficientes que no hacen más que crear la falsa
percepción de que la opinión del ciudadano promedio realmente puede ser escuchada y que, de
una u otra forma, el poder sigue estando en las manos del pueblo como lo promete la etimología
de la palabra democracia. Pero la realidad es que llevamos años tropezando con las mismas
piedras. El hartazgo se ha ido acumulando y se ha agravado en los últimos meses con la frustración
de quienes salimos a votar en las elecciones pasadas en busca de algo, o alguien, diferente y nos
hemos topado con la triste realidad de ver pintadas las instituciones en otro color y poco más.

Es cierto que el ejecutivo federal ahora mantiene una relación más o menos directa con los medios
de comunicación y que eso ha permitido que gran parte de la población se mantenga informada
de sus actos y decisiones mediante sus ya famosas conferencias matutinas, pero dicha
comunicación resulta muy poco alentadora cuando revisamos el abrumador porcentaje de frases
falsas o engañosas que se han comunicado a la población en dichas conferencias.

Este gobierno nos ha vendido con la etiqueta de participación ciudadana votaciones a mano alzada
y encuestas realizadas sin rigor técnico o legal alguno que solo buscan legitimar decisiones
políticas ya tomadas y que no aportan nada de manera concreta a la construcción de una sociedad
realmente participativa y consciente de su rol en la vida democrática del país.

En Baja California, mi estado, seguimos en la incertidumbre de no saber cuánto tiempo
permanecerá en el cargo el Gobernador Bonilla porque, aunque lo elegimos para ser gobernador
durante dos años, aparentemente nuestro voto vale cada vez menos y ellos tienen la última
palabra.

A pesar de todo esto, y sin importar cuantos intentos de hacernos perder la fe siga haciendo la
clase política del país, debemos mantenernos firmes en la exigencia colectiva de derechos. No son
obsequios otorgados por el gobierno en turno, el anterior o el siguiente, son derechos que deben
ser respetados y exigidos de manera permanente para que no se les olvide.

Si los mecanismos de participación ciudadana que nos brinda el estado no son adecuados,
insistamos hasta que se perfeccionen. Si la rendición de cuentas no se cumple, alcemos la voz en
conjunto hasta que se nos escuche. Si nos dicen mentiras, evidenciemos a los mentirosos.

La participación ciudadana definitivamente es un acto de fe, pero debe dejar de ser una fe
centrada en que llegará un salvador a cambiar nuestro país. Debemos tener fe en que nuestras
acciones, las de todos, poco a poco, serán las que tracen el camino hacia un México con una
verdadera participación ciudadana y una democracia sana.