Tendiendo la esperanza
Publicado en El sol de méxico por Andrea Santiago, coordinadora de la causa “Trabajadoras del hogar” de Nosotrxs
Son 2.4 millones de trabajadoras del hogar que diariamente realizan actividades que van desde la preparación de alimentos, el aseo de un hogar, hasta el cuidado de algún familiar. No es menor el trabajo que realizan, permiten a miles de hombres y mujeres salir a trabajar, y con ello adquirir un ingreso que puede gastarse en el Mercado. Se suele pensar a este tipo de trabajo en términos improductivos porque no generan una ganancia económica para los empleadores, pero paradójicamente, generan un gran ahorro en los hogares de quienes contratan este tipo de servicios. En caso de adquirirlos por fuera, en tintorerías, lavanderías, restaurantes, asilos o guarderías, los costos serían elevadísimos para cada hogar.
Al mismo tiempo, producen un tipo de bienestar que difícilmente puede ser medido en términos cuantitativos. ¿Cómo medir el cariño hacia un niño, el olor a casa limpia, una comida bien preparada, una habitación ordenada? No obstante, pese a lo palpable de ese bienestar, producto del trabajo hecho día con día, poco se valora en nuestra sociedad. Hay diversas razones que explican el porqué de esto, entre ellas, el pensar –erróneamente– que no requiere una preparación u habilidades específicas pues se da por sentado que las mujeres nacen sabiendo hacer estas actividades; el asociarlo con un trabajo sucio; la circulación de estigmas y representaciones negativas que son tan características en nuestra sociedad hacia quienes migran del campo a la ciudad, no concluyeron sus estudios, hablan una lengua indígena, o simplemente hacia quienes no forman parte de una clase social privilegiada, como muchas de las personas que realizan este tipo de empleo. Es así que cegados por la costumbre de discriminar, se reproduce en el imaginario social la idea de que este trabajo y las personas que lo realizan no valen tanto y, que por ende, no merecen los mismos derechos. Así, termina por legitimarse la desigualdad tanto económica como de trato, que vemos reflejadas en las condiciones laborales de este grupo de trabajadoras que, en su mayoría, no cuentan prestaciones de ley y, que al día de hoy, muchas manifiestan no recibir un trato digno.
"Yo tengo el sueño de viajar a Egipto con toda mi familia"
Marihuela – 8 años trabajando en el hogar.
No sólo limpian tu casa, buscan superarse como tú y yo. #AúnHayTiempo para ratificar el #Convenio189 de la OIT. pic.twitter.com/41BtKwzlMy— Nosotrxs (@NosotrxsMX) March 20, 2018
Las trabajadoras del hogar luchan por sus esperanzas. Para que sus condiciones laborales mejoren necesitamos que el Gobierno Federal ratifique el Convenio 189 antes de que finalice el sexenio. #AúnHayTiempo quedan 48 días para lograrlo. pic.twitter.com/2d6HejZ81X
— Nosotrxs (@NosotrxsMX) March 13, 2018
La interrogante que queda tras el evento es si podemos tender otro mundo –más justo, más digno- para las trabajadoras del hogar. La respuesta es que si queremos, podremos.Estamos en el momento idóneo para comprobarlo. El Gobierno Federal tiene en sus manos el poder de ratificar el Convenio 189 de la OIT y así demostrarnos que, como sociedad, podemos aprender a barrer nuestros prejuicios, al reconocer y hacer efectivos los derechos de las trabajadoras del hogar. No podemos alargar más la espera. Aún hay tiempo para lograrlo antes de que concluya este sexenio.
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