Publicado en El Universal
Por Mauricio Merino
El señor presidente ha cometido dos errores de concepción, que están marcando el curso de (lo que debería ser) su sexenio: el primero ha sido creer que la creciente concentración de las decisiones políticas en sus manos equivale al dominio de los problemas que lo desafían; o dicho de otra manera: creer que la acumulación de poder para someter a los otros le suma capacidades para imponer un régimen político proclive a los intereses de pueblo, porque solamente él encarna su voluntad. A este primer error le llamaré, por economía del lenguaje, la fantasía de la dictadura popular.
El segundo es creer que pueden forjarse las circunstancias indispensables para derrotar personalmente a quienes se oponen a la transformación que propone, como si el curso de la historia dependiera de sí mismo y de nadie más. A este segundo error le llamaré: la fantasía del heroísmo histórico. Ignoro si estos errores son inconscientes. Pero no tengo duda de que están amenazando su propio éxito y comprometiendo la viabilidad de la administración pública en su conjunto.
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