Contratar un gerente
En cada proceso electoral los ciudadanos no elegimos autoridades, contratamos empleados. Designamos a gerentes en cuyas manos depositamos millonaria bolsa de impuestos para que los gasten en los rubros que el pueblo, propietario de ese dinero, determina.
El presidente del país, los gobernadores y alcalde son administradores de ese dinero y a cambio de ese trabajo les permitimos asignarse copioso salarios y otros privilegios.
Su labor es invertir bien nuestro dinero en rubros que nosotros decidimos: combatir la pobreza, mejorar la salud, elevar el nivel educativo, aumentar la producción en el campo, la industria, el comercio y los servicios, ampliar la infraestructura, combatir la delincuencia, proteger a mujeres, niños y ancianos, impulsar la investigación, la cultura y el deporte, etc.
Los ciudadanos estamos ocupados en trabajar, atender a la familia y resolver asuntos cotidianos, no tenemos tiempo para supervisar si esos empleados realizan sus funciones. Por ello contratamos a otras personas interesadas en hacer esa tarea y, además, mantener actualizado el marco legal del país. A estos empleados los llamamos diputados y Senadores. Y les pagamos requetebién por ser nuestros representantes.
Los ciudadanos tampoco tenemos tiempo ni conocimientos para encargarnos de administrar y procurar justicia. Por ello contratamos abogados para ocuparse de ese importante asunto. Ellos integran el Poder Judicial, y también los recompensamos con espléndidos salarios y prestaciones.
¿Entonces por qué las cosas no marchan bien en México? ¿Por qué aumenta la pobreza y hay récord de crímenes? ¿Elegimos malos empleados? ¿No reciben pago suficiente?
La respuesta, creo yo, es que se agotó el sistema democrático. Esa división de poderes que establecimos ya no funciona. Los ciudadanos que somos dueños de la empresa, los patrones, no podemos despedir ni meter a la cárcel a esos malos administradores que no trabajan y además nos roban.
El colmo: esos pésimos gerentes pueden ahora prolongar su permanencia en el cargo si engañan a la mayoría de nosotros –o recurren al fraude- para que los ratifiquemos.
La democracia ya no funciona. No somos los patrones. Es hora de inventar otro sistema.
A los ciudadanos nos cuesta sacrificio generar las millonarias bolsas de dinero que entregamos a nuestros subalternos. (En el caso de Yucatán, cada mes depositamos en el gobierno estatal un promedio de $3,200 millones.)
Ellos convierten el erario en poder para nulificar a los dueños de la empresa, los patrones. Los papeles se voltearon. Son ellos los que mandan.
La situación continuará al revés si son pocos los que se lanzan a cambiarla. Es necesario mayor número de valientes, estos deben sobrepasar a la cantidad de los indiferentes, los cobardes y los cómplices del grotesco sistema que necesitamos transformar.
Te invitamos a sumarte al sector de la sociedad que ya se organizó y trabaja para concretar esta transición. El movimiento Nosotrxs es una de esas manos nacionales que se extiende para que en el próximo sexenio los ciudadanos recuperemos los poderes públicos, aquello que siempre ha sido nuestro.
Eres bienvenido.
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