Nosotrxs somos las mujeres y hombres que tenemos la nacionalidad mexicana.
Somos la nación, es decir, la población del Estado Mexicano. Somos todxs, somos Nosotrxs, compartimos un espacio físico llamado territorio mexicano –incluidos los connacionales que viven en el extranjero– y tenemos un gobierno, con sus diversos órdenes y niveles; y nos aglutina, al menos teóricamente, un mismo orden jurídico.
Pero no somos iguales: nos diferencian muchos factores diversos que van desde el color de la piel, el nivel de escolaridad, las creencias, las costumbres y los usos, las experiencias, los gustos, en fin, distintas manifestaciones de la heterogeneidad multicultural que al tiempo que nos distingue, nos identifica y nos unifica; pero de entre de esas diferencias, algunas amenazan nuestra unidad, unidad de la que depende la existencia misma del país, como la desigualdad socioeconómica.
La híper concentración de la riqueza material, es decir, el dinero, en un reducido grupo de personas –comparado con el total de la población–, es un factor que amenaza desunirnos, de romper con el equilibrio que parece cada día más precario. El poder adquisitivo de la inmensa mayoría de la población mexicana acusa un déficit que urge corregir.
A impedir que esa consecuencia generada por la desigualdad económica genere más violencia de la que ya padecemos con catastróficos resultados que no queremos siquiera imaginar, hace un llamado general Nosotrxs, movimiento social de oposición.
El objetivo que se plantea nuestro movimiento a nivel nacional de revolucionar –para evolucionar– las conciencias de todxs habrá de cumplirse si se dan diversas acciones concatenadas, entre las cuales una es básica, elemental: informar. Esa acción que incluye la difusión de la información, para ser efectiva y eficaz, ha de valerse de todos los medios de divulgación existentes.
Resulta indispensable informar a todxs para darles a conocer el alcance y la urgencia de nuestras propuestas para corregir los yerros y prevenir aquello que repetidamente ha ocurrido en diversos ámbitos de la vida nacional que ha dado pie a esa desigualdad y puesto en riesgo la unidad.
El llamado a las conciencias para que nadie deje de participar comprometidamente desde su ámbito de competencia, desde su trinchera, desde su posición social, sólo llegará al conocimiento general cuando se aprovechen los medios a nuestro alcance para divulgar la información y llamar a la participación.
Hoy en día el uso de la internet y las redes sociales son el medio idóneo para alcanzar a un significativo y creciente número de personas que acceden a ellas, por lo cual será muy conveniente utilizarlas; pero como complemento indispensable de la tarea de difusión, es necesario acudir a los medios “tradicionales” para llegar al público que habita las zonas donde estos nuevos medios aún no pueden captarse por razones económicas y o limitaciones técnicas o tecnológicas.
El contenido del mensaje será diseñado y producido por los jóvenes que desde las universidades e instituciones de educación superior, públicas y privadas, se están preparando en el ámbito de la información tanto teórica como práctica. A ellos acudiremos para cumplir la meta: despertar la conciencia de todxs los mexicanxs para defender nuestros intereses, hacer cumplir las leyes y ordenar la política en bien de México.
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