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Nosotrxs como oposición

Gane quien gane la carrera presidencial que culmina el 1de julio; gane quien gane las mayorías en el Congreso de la Unión; gane quien gane las gubernaturas disputadas, los congresos locales, las alcaldías y cabildos, los ganadores deberán ser resistidos por una nueva oposición.

 

Publicado originalmente en El Sol de México

Los nuevos y viejos titulares de la autoridad no deberían ser dejados a una libertad de acción que pronto devendrá en arbitrariedad. No se trata de prejuicio alguno contra los partidos existentes, sino de la constatación documentada de que la mayoría de los intermediarios políticos gobernará, si se le permite hacerlo, conforme a inercias y compromisos que apuntan al interés particular, a la patrimonialización de los recursos públicos, a la reproducción sistémica de la corrupción y al abandono de sus obligaciones constitucionales.

Desde luego, algunas formas de oposición partidista se alzarán, a veces con buenas razones, contra las autoridades venideras. Pero no será suficiente ni continuo.

Los contrapesos deberán radicarse también, y acaso con mayor fuerza y legitimidad, en el esfuerzo crítico de la ciudadanía organizada sin las ataduras de los enjuagues partidistas y con la referencia sólo a valores de la vida pública.

No se necesita adivinar el futuro para entender que los vicios partidistas de ahora son la clave para prever las tendencias que seguirán tras las elecciones.

Ello hace de la construcción de una oposición razonada, pacífica y civilizada una tarea de aliento ético y una guía para el saneamiento democrático. El tramo recorrido por Nosotrxs tras un año de su fundación muestra que es posible una oposición no partidista (o no por el momento), genuinamente cívica, que sin aspavientos demagógicos pueda reclamar para la ciudadanía los derechos que le han sido escatimados y el fin de una corrupción que ha desviado hacia los poderes fácticos lo que ha debido utilizarse para el desarrollo, la seguridad, la reducción de la desigualdad y el cumplimiento de los derechos.

Nosotrxs ha nacido como un movimiento de oposición ciudadana a una situación nacional de, como ha dicho Mauricio Merino, “vulneración sistemática de derechos”. Su agenda de lanzamiento ha ido, entre otras rutas, de la exigencia de entrega de medicamentos en los servicios públicos de salud a la demanda de que se haga realidad la promesa incumplida del Sistema Nacional Anticorrupción; de la exigencia, de elemental decencia, de reconocer derechos laborales a las trabajadoras del hogar a la propuesta de un modelo de reconstrucción transparente y bien diseñado para las afectaciones del último terremoto, así como a la denuncia de las desviaciones de este propósito apenas aparecieron éstas.

Esta oposición asume la existencia de derechos constitucionales que son un logro normativo, pero a los que sus garantes formales han desatendido de forma sistemática. Esta oposición cívica, como una narrativa coral, tendrá que construirse con diversas voces y reposar en múltiples tareas; y deberá erigirse como una lucha civilizada por el rescate del Estado democrático, la eliminación de la corrupción y la realización de los derechos que ya registra la Constitución. Nosotrxs como oposición.

No se necesita adivinar el futuro para entender que los vicios partidistas de ahora son la clave para prever las tendencias que seguirán tras las elecciones. Ello hace de la construcción de una oposición razonada, pacífica y civilizada una tarea de aliento ético y una guía para el saneamiento democrático. El tramo recorrido por Nosotrxs, tras un año de su fundación, muestra que es posible una oposición no partidista (o no por el momento), genuinamente cívica, que sin aspavientos demagógicos pueda reclamar para la ciudadanía los derechos que le han sido escatimados.