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Nosotrxs no es partido

Publicado en El Universal

Por Mauricio Merino

Nos enteramos por las listas que publicó el INE al concluir enero, en las que daba cuenta de las organizaciones que buscan su registro como nuevos partidos nacionales. Fue una noticia que pasó casi inadvertida: a juicio de los funcionarios de esa institución, 87 agrupaciones habían cumplido con los requisitos necesarios para convocar a 20 asambleas estatales o 200 distritales, con el propósito de afiliar al final del año, cada una, un total de 233,945 militantes y ganarse un sitio en las boletas de 2021. Si todas lo lograran, sumarían 20 millones 353 mil ciudadanos dispuestos a militar en todo el territorio.

Doy estos datos, porque Nosotrxs, una organización que nació en el 2017 para oponerse a la vulneración sistemática de los derechos y que no busca ser partido, se inconformó ante el INE cuando se enteró que había otra que usurpó su nombre, quitándole la equis, para llamar a la afiliación masiva. La nuestra, Nosotrxs, se escribe con X para abrazar la diversidad en todas sus manifestaciones: esa equis permite llamarla Nosotros —como lo hacen muchos de sus militantes—, o Nosotras e incluso Nosotres. Es una grafía deliberadamente incluyente que, sin embargo, se pronuncia generalmente del mismo modo que la del nombre elegido por quienes pretenden robar su identidad para sorprender a quienes acudan a sus convocatorias. El argumento absurdo esgrimido por el INE es que como Nosotrxs no busca el voto sino la defensa de los derechos, su alegato no tiene cabida en el espacio electoral.

No es un asunto trivial. Nosotrxs tiene representación en casi toda la República, ha sido el movimiento más mencionado en los medios de comunicación durante los dos últimos años, tiene una vasta militancia que suma a miles de personas organizadas en torno de causas de vulneración concretas —como el reconocimiento de los derechos laborales de las trabajadoras de hogar, la colaboración con damnificados en el proceso de reconstrucción de la CDMX, la oposición organizada al huachicol de las medicinas, la exigencia de transparencia en los partidos políticos, la salvaguarda de los derechos de niñas, niños y adolescentes, entre un largo etcétera— y ha acumulado un tráfico en redes sociales que supera con creces los números exigidos por la ley para formar un nuevo partido.

Pero Nosotrxs no aspira a la representación electoral, porque sus integrantes estamos convencidos de que, en este momento, el país también necesita otro tipo de militancia política y social. Creemos que los partidos no son —ni deben ser— el único espacio de participación política. No todo consiste en pelear por votos, sino por la revolución de las conciencias y por el respeto de todos los derechos para todos; la política no es la que se concentra solamente en la busca del poder, sino también la que organiza la diversidad y exige que haya igualdad y verdadera democracia, porque el Estado no es patrimonio de unos cuantos.

Listillos, los promotores de la organización que quiere aprovechar el nombre de quienes hemos decidido actuar en la vida pública de México al margen —que no en contra— de la competencia electoral, están engañando deliberadamente a los ciudadanos. Les hacen creer que se están sumando a otra organización y, de paso, desacreditan a la nuestra.

El INE convalidó esa trampa. Pero confiamos en que prospere pronto la impugnación que interpusimos ante el Tribunal Electoral a la vista de esa flagrante mala fe y que el despropósito sea corregido de conformidad con el derecho. Pero también apelamos a que quede claro que Nosotrxs no está buscando registro como partido y pedimos que se sepa que cualquier persona que convoque asambleas con ese nombre, está tomándoles el pelo. Ojalá esas mañas sean solamente golondrina y no el anuncio anticipado del tipo de partidos y de autoridades que tendremos en el 2021.

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Todo México es Minatitlán

Publicado originalmente en El Universal

Por Mauricio Merino

Una masacre en Minatitlán, cometida con una crueldad horrible, nos hIzo olvidar que apenas unas horas antes habían sido descubiertas 36 nuevas fosas clandestinas en el Puerto de Veracruz que, a su vez, seguían al hallazgo de otras 343 acumuladas antes, solamente en Veracruz. No se cuenta Tamaulipas, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Morelos, la Ciudad de México o cualquier otra parte del país.

Mientras tanto, los representantes del Estado mexicano gritan. En Veracruz, por ejemplo, hay una disputa entre el Gobernador y el Fiscal de la entidad, porque responden a intereses políticos distintos. Y el día de hoy, seguramente, el presidente hablará otra vez de los conservadores y de los neoliberales desde el Puerto para justificar por enésima ocasión su estrategia militar y la entrega masiva de dinero público. Una vez más, los muertos y los desaparecidos serán sepultados por las palas de tierra plagadas de palabras. El pleito principal de la semana previa fue emblemático: lo fundamental no era la impotencia del Estado sino la macabra aritmética de la desgracia. Vamos ganando, dice el presidente, porque sus colaboradores le reportan unos cuantos muertos menos que antes.

Sin embargo, buena parte del territorio mexicano está controlado por la delincuencia organizada. ¿Cuánto? Nadie lo sabe a ciencia cierta, porque ese control sucede a veces de manera explícita y muchas otras a través de los gobiernos de los estados y los municipios que cada vez están más infiltrados y más sometidos a los poderes fácticos. Se nos olvida que, si Andrés Manuel López Obrador no hubiese ganado las elecciones del 2018 como las ganó, las recordaríamos todavía como las más violentas de la historia reciente del país.

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Yo acuso

Publicado originalmente en El Universal

Por Mauricio Merino

Sería buena cosa que el proyecto de Ricardo Monreal para modificar la composición y las competencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sirviera como revulsivo para poner en marcha el Sistema Nacional Anticorrupción, boicoteado desde su concepción por el gobierno anterior e incomprendido por la clase política actual. Y sería aún mejor que, además, ese revulsivo ayudara a revisar a fondo el funcionamiento de las instituciones que lo componen.

El Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) nació con fórceps en el sexenio anterior, tras los escándalos provocados por la Casa Blanca y Ayotzinapa. Pero una vez que se ganó la oportunidad de fortalecer las facultades de la Auditoria Superior de la Federación, de crear una Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción, de reformar el Tribunal Federal de Justicia Administrativa para sancionar las faltas más graves, de promulgar una nueva Ley General de Responsabilidades Administrativas que modificó de tajo el régimen disciplinario de México, de tipificar con mucha mayor precisión los delitos de corrupción en el Código Penal, de regular el intercambio de información entre instituciones que no se hablaban y de establecer la participación directa de los ciudadanos en la vigilancia y la operación de los órganos que integran ese sistema —todo en un solo trazo que no se compara con ninguna otra reforma concebida antes en esa delicada materia—, la clase política se dispuso a cerrar las puertas de la implementación. Aceptaron las leyes, pero no su cumplimiento. Si había de funcionar un entramado sofisticado para cerrarle el paso a la corrupción, tendría que ser hasta el sexenio siguiente.

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Voy derecho y no me quito

Publicado en El Universal

Por Mauricio Merino, coordinador de Nosotrxs

Dice la sabiduría popular que para cambiar los resultados de algo que no funciona, es indispensable cambiar la forma de conseguirlo (una idea que se atribuye a Albert Einstein, para otorgarle un toque de autoridad). Detrás de esa frase, sin embargo, se esconden dos desafíos: el primero es saber a ciencia cierta cuáles son los resultados que se desean y el segundo es que las modificaciones no sean una reproducción de errores pasados ni vuelvan aún más complejos los problemas planteados. Se dice fácil, pero esos dos desafíos suelen ser los enemigos principales de las políticas públicas.

Sabíamos que el nuevo gobierno de la República vendría a cambiar mucho, entre otras razones, porque ese fue el mandato que recibió. Sabíamos que las mudanzas no serían fáciles porque los problemas que enfrenta el Estado mexicano son gigantescos y las resistencias, mayúsculas. Sabíamos que se tocarían muchos y muy profundos intereses creados y que las decisiones no serían tersas. Otra perla de la sabiduría popular nos advertía que a grandes males, grandes remedios.

Lo que no conocíamos era el método que elegiría el presidente. Sabíamos que es un hombre tesonero —perseverante, dice de sí mismo—, que no acepta críticas con facilidad, que no cambia sus opiniones con sencillez y que es proclive a descalificar a sus antagonistas antes que debatir sus ideas. Pero nunca lo habíamos visto investido con el poder del Estado y no sabíamos —algunos incluso, lo negábamos— que estaría dispuesto a utilizarlo para imponer sus puntos de vista a cualquier costo. Para seguir con el refranero, no sabíamos que el remedio podría ser peor que la enfermedad.

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Perdón, pero la culpa es nuestra

Publicado en El Universal

Por Mauricio Merino, coordinador nacional de Nosotrxs

Sería deseable que todos los programas presupuestarios del gobierno federal se justificaran, invariablemente, por su contribución a la igualdad social. “Por el bien de todos, primero los pobres” es un lema que puede convertirse en guía inequívoca para la programación de cualquier gasto. ¿Cómo contribuye este programa a la igualdad? Es una pregunta que puede anteceder a otra: ¿Cómo podrá medirse esa contribución? Si los proyectos presentados por la administración pública no logran responder a la primera o no consiguen satisfacer con criterios técnicos verificables la segunda, los gastos tendrían que desecharse (o justificarse, acaso, por razones estrictamente excepcionales).

Lo que hemos visto durante décadas es exactamente lo contrario: los programas presupuestarios han discriminado de manera sistemática a los grupos vulnerables, aun a pesar del marco normativo que los rige y, hasta ahora, no es evidente en absoluto que esa tendencia haya cambiado. Por el contrario, repartir dinero de manera individual a grupos selectos de la población, al margen de los derechos de las minorías y de la situación singular de los más pobres, no contribuye a disminuir los sesgos de la desigualdad. Se podrá alegar lo que se quiera, que el reparto indiscriminado de dinero entre pobres y no pobres es un error indiscutible de cualquier política distributiva.

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Toman protesta nuevos integrantes del Consejo de la Comisión para la Reconstrucción

Publicado en El Universal

El académico Mauricio Merino tomó protesta como presidente del Consejo Consultivo de la Comisión para la Reconstrucción, con lo cual vuelve a dicha comisión después de renunciar en febrero del año pasado.

En aquel momento, el coordinador general de la organización Nosotrxs argumentó que tres diputados de la extinta Asamblea Legislativa se extralimitaron en las facultades para autorizar el Presupuesto de Reconstrucción tras el sismo del 19-S y hasta dejaban fuera de la jugada a los integrantes de la comisión.

Este jueves, en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, la jefa de Gobierno,Claudia Sheinbaum, tomó protesta a los integrantes del nuevo Consejo Consultivo, integrado además por alcaldes, secretarios de gobierno, fundaciones, iniciativa privada, entre otros.

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La nueva mafia del poder

Publicado en El Universal

Por Mauricio Merino

Aunque las políticas públicas están hechas de palabras, no se puede gobernar solamente a golpe de palabras. Quien confunde el contenido con la forma se equivoca inexorablemente, pues la complejidad de los problemas públicos reclama mucho más que los discursos repetidos. A riesgo de echar a perder toda la obra, en algún punto los gobiernos tienen que lidiar con las cuestiones técnicas y reconocer los límites que les impone el mundo, en el entendido de que el primer error de operación puede (y suele) producir una cadena de tropiezos.

Dice el gobierno mexicano actual que quiere cambiar al país radicalmente. Que quiere eliminar definitivamente la pobreza, que quiere erradicar la corrupción de una vez y para siempre, que quiere establecer la paz que hemos perdido. Dice que la causa de esos grandes problemas nacionales fue la captura del Estado por parte de una mafia que compartía la ideología neoliberal. Identifica a los integrantes de esa mafia como los conservadores; es decir, los que buscan conservar sus privilegios y se oponen a los cambios. Ese es el corazón de su diagnóstico: que todos los males del país responden a las decisiones que tomó la mafia en su propio beneficio y que, en consecuencia, eliminarla equivale a resolver los daños que causó.

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BOLETAS-ELECTORALES-2018

AMLO, el invencible

Publicado en El Universal

Dicen los líderes de oposición que el presidente López Obrador quiere reelegirse. Dicen que esa es la razón oculta por la que ha decidido impulsar la eventual revocación de su mandato en las elecciones intermedias. Si un marciano leyera estas dos proposiciones juntas, creería que nos volvimos locos: ¿para reelegirse, un presidente ofrece la posibilidad de que lo corran antes? Pues sí. Esa es la lógica que está guiando a los partidos de la oposición.

A poco más de cien días de haber comenzado este gobierno y cuando todavía estamos lejísimos de saber si tendrá éxito, la oposición ya pronostica que la sola presencia de AMLO en las boletas del 2021 garantizará el triunfo de la gran mayoría de las candidaturas de Morena y afirmará su mayoría absoluta en ambas cámaras de la federación y en los congresos estatales, además de otorgarle el control definitivo en la mayoría de los gobiernos locales del país. Con esta certeza incontestable, ¿para qué querría Morena hacer campañas si son los líderes de oposición quienes ya se están dando a la tarea de divulgar que el presidente y su partido son invencibles?

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Imparable, mercado negro de medicinas

Publicado en El Universal

¿Tiene glibenclamida?, se le pregunta a una mujer que vende medicamentos en Tepito. “¡Uy, no!, tengo bezafibrato, también es para diabéticos. El ácido que es para los infartos igual lo tengo de a 10 pesos la caja, con 30 tabletas”, responde.

El puesto de no más de dos metros se ubica cerca del Metro Tepito, en la calle Granaditas, la cual está ocupada por más locales con cajas llenas de medicamentos que se venden sin receta, que en un año representan 9% (16 mil 650 millones de pesos) de los 185 mil millones de pesos en los que está valuado el mercado de medicinas y fármacos en México, de acuerdo con datos de la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (Unefarm).

A su vez, cifras de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma) indican que alrededor de 8 millones de personas consumen estos fármacos, los cuales son robados y en ocasiones están caducos, por lo que significan un riesgo para su salud. La mayor incidencia de esta situación está en Jalisco, Michoacán, Puebla, Nuevo León y la Ciudad de México.

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